El día pasaba realmente lento cuando no había mucho que hacer, aún así, a Kokichi se le hacía agradable ese hecho. Desde que se habían dedicado a pasar el rato rodeados de naturaleza sentía un calma increíble. ¿Cuándo fue la última vez que se sintió de aquella forma? Recordaba bien que de pequeño solía pasearse con su madre por los jardines del palacio y perderse entre los rosales mientras jugaban a las escondidas o le leía cuentos para que tomase la siesta. Echaba de menos esa clase de momentos. Después de tantos años, volver a tener esa sensación de paz era sumamente agradable para él.
Extrañamente, ___ le producía las mismas vibras que su madre hasta cierto punto. Se sentía cómodo con su presencia a pesar de estar poco familiarizado con ella. Le debía la vida, eso nunca lo iba a negar, le había salvado la vida en dos ocasiones y le estaba agradecido por ello. ___ era una persona leal en todo el sentido de la palabra, y no se debía al hecho de que el fuese parte de la realeza mientras que ella era solo una antigua esclava y actualmente una curandera. Había demostrado ya que no le importaba demasiado su categoría en la sociedad cuando había un objetivo de por medio.
La fémina se encontraba haciendo una corona de flores mientras tarareaba una melodía agradable. Su voz era angelical cuando la empleaba en un momento así. El canto de las aves o el sonido de las hojas moverse con las brisas eran un coro perfecto para ella. Ni siquiera era consciente de que se había quedado embobado mientras la escuchaba. Ella le daba nula importancia el hecho de que el pelimorado no le había quitado la mirada de encima por un buen rato, solo se entretenía tejiendo los finos y alargados tallos de aquellas flores coloridas. La presencia del chico tampoco le incomodaba en lo absoluto, independientemente de que lidiar con él a veces se le hacía complicado dada su gran sensibilidad. No es que ella fuese insensible o ruda, pero muchas veces tenía que lidiar con su personalidad y era un tanto complicado. A pesar de ser un chico tímido y aparentemente asocial, Kokichi podía ser muy quisquilloso a veces, algo normal siendo el príncipe que era. Ella comprendía que se le hacía difícil llevar la actual situación dado que era algo completamente nuevo para él y con suerte una temporada única en su vida. Así que debía cuidar de que no se agobiarse de más por todo lo que ocurría. Ese tipo de atención era lo que le resultaba agradable a su acompañante, aunque era, en cierto modo, inconsciente de ello.
Una vez terminó aquella corona de flores, ___ la colocó sobre las hebras moradas del chico, quién en ese momento salió de su pequeño trance de admiración, sustituyendo la misma por una instantánea sorpresa. Se veía adorable, era un lindo recuerdo verle en ese estado: totalmente sonrojado, sorprendido y con flores sobre su cabeza. A pesar de que le avergonzaba un poco, Kokichi no retiró las flores de su cabeza en ningún momento, las dejó estar, después de todo eran un lindo regalo.
-Aquí tiene, su corona de reemplazo. No es de oro, pero le sienta muy bien _dijo la fémina con una sonrisa, a lo que el chico enrojeció todavía más_
-¿Una corona de flores es el sustituto?
-Le queda de maravilla.
-S-Si tú lo dices... _musitó él, apartando su mirada y posándola sobre las flores que había a sus pies_ ¿Cómo se hacen estas cosas? _cuestionó, haciendo referencia a la corona de flores_
-¿Le interesan estas cosas?
-M-Mi madre solía hacerlas todo el tiempo con las flores del jardín en el palacio, pero nunca pude aprender a hacerle yo alguna.
-Entiendo... _musitó, sin borrar su sonrisa. Se le hacía un gesto adorable. Tal vez deseaba regalar flores a su madre si lograba reencontrarse con ella. Así pues, no se negó a enseñarle_
Pasaron largas horas hasta que el pelimorado finalmente entendió el "complejo" procedimiento para hacer coronas de flores, aunque la primera no fue la mejor de todas, se dijo a si mismo que en otra ocasión seguiría practicando. El sol comentaba a ocultarse tras las.colinas del horizonte y sus rayos teñían el cielo de su característico color rojizos, anunciando la llegada del atardecer. Era su claro aviso de que era hora de volver. Nagito y Fuyuhiko ya habían regresado de sus salidas respectivas y se encontraban hablando plácidamente de temas que a ellos menos les podían importar. Igualmente, interrumpieron brevemente la charla para un casual saludo. Antes de que pudieran retirarse, Nagito llamó la atención de ambos, anunciando que tenía noticias que dar.
-¿Ha ocurrido algo mientras estabas en la ciudad? _preguntó la peli___, a lo que Nagito se llevó una mano al mentón, meditando las palabras que usaría para dar el anuncio_
-No exactamente, pero he logrado escuchar noticias desconcertantes. Parece ser que corren rumores de que uno de los ministros planes un golpe de estado. Quiere destronar a la reina y ha estado provocando a los civiles suciamente para causar revuelos.
-¿D-Disculpa? _cuestionó Kokichi, ligeramente sorprendido. La situación no hacía más que empeorar_
-Eso me ha parecido notar _intervino Fuyuhiko, mostrándose algo serio_ La guardia real ha estado intentando calmar a los ciudadanos, pero los ministros parecen hacer caso omiso a sus quejas y solo provocan el descontento.
-Si las cosas siguen así la reina va a ser destronada y probablemente este reino deje ser lo que es. No podemos permitirnos permanecer aquí mucho tiempo.
-¿Deberíamos hacer algo al respecto? _cuestionó ___, ligeramente molesta. ¿Es que acaso no podrían terminar un día en calma y santa paz? Cada vez que tenían un día agradable llovían noticias alarmantes_
-Déjalo estar. La política de otro reino no tiene nada que ver con nosotros. _le dijo el rubio, cruzándose de brazos mientras se acomodaba en su asiento_ Además, no es que nosotros podamos hacer algo, solo somos cuatro forasteros. Si intentásemos acercanos al palacio nos echarían a patadas.
-No me refería a eso. No creo que sea siquiera posible hacer algo respecto a la situación de la capital real, me refiero a que deberíamos buscar la forma de dejar el reino antes de que todo se ponga peor.
-Los vuelos han sido pausados hasta nuevo aviso, así que solo nos queda andar como hemos estado haciendo hasta ahora
-¿Y entonces cómo planeas que lleguemos a Mirya?
-Este es el problema... No tenemos forma de llegar a Mirya, tendremos que fijar otro objetivo hasta que nos sea posible.
___ sintió que estaba al borde de un colapso. ¿Podía alguien explicarle a qué se debía tanta mala suerte en cuestión de solo unos pocos días? Sus planes se estaban yendo al traste muy lentamente y no lo soportaba. Probablemente Kokichi estaba en la misma situación desde que había enmudecido ante la mención de las nuevas informaciones. Después de mucho silencio incómodo, el pelimorado se despidió de aquellos tres y se retiró a la habitación que ocupaba. Los tres restantes habría jurados que estaba pálido como un fantasma. Algo totalmente comprensible, su situación era fatal, era un hombre buscado y para colmo se encontraba en territorio enemigo, el cual estaba punto de caer a manos de unos ministros corruptos. ¿Por qué debía él, que ningún mal le había hecho al mundo, soportar semejantes desgracias?
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Breaking the mold [Prince/PG!Kokichi Ouma x Plebeian!reader] © RoseSanae55
Fanfiction[SEGUNDA PARTE] ____________________________ Después de haber escapado tras el incidente ocurrido en la capital real, ___ y Kokichi se vuelven fugitivos buscados por los grandes imperios con los cuales el reino, ahora en manos de otros, mantenía gue...