acto 1 el humano más grande y fuerte

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Shirou había sido capturado por los orkos, una situación inusual ya que estos seres no solían tomar prisioneros. Sin embargo, Shirou parecía haber tenido algo de suerte en medio del caos orko.

Despertó en una pequeña choza, rodeada por un grupo de lo que parecían ser duendes. Su presencia pareció asustarlos, ya que salieron corriendo de la choza en pánico. Poco después, un grupo de orkos entró en la choza, y Shirou fue llevado a lo que parecía ser una mina.

- Uztedes humanoz van a trabajar para nosotros los orkoz para hasi talvez le tengamos una piedad en su miserable vida - rió el kaudillo orko, burlándose de los humanos.

Los prisioneros humanos fueron forzados a trabajar en la mina, extrayendo recursos como metal y chatarra. Los orkos los azotaban con látigos mientras trabajaban, ya Shirou en particular lo llamaban "Supersimiogolpeador", un apodo extraño que parecía haber sido inventado por ellos.

A pesar de la difícil situación, Shirou comenzó a observar el comportamiento de los orkos, buscando oportunidades para escapar o tomar el control de la situación. Aprendió algunas cosas importantes durante su tiempo en cautiverio.

La primera observación vino a través de una conversación entre orkos:

-¡Oye, amigo, veo que estás inconforme con ese líder tuyo, ¿no? - preguntó Shirou a un orko que trabajaba cerca.

- Ese maldito idiota no sabe nada de nada, es un gran imbécil - respondió el orko con frustración.

Shirou captó la tensión y la insatisfacción que había entre algunos de los orkos con respecto a su líder, el kaudillo. Esto podría ser una oportunidad para causar una revuelta o debilitar su posición.

La segunda observación involucró a un orko conocido como "El Licenciado":

- Maldito inútil, tenemos que seguir con la pelea y tú estás aquí de imbécil sin inventar nada - reprendió el kaudillo al Licenciado.

-Estoy en eso, jefe - respondió el Licenciado con temor.

Shirou notó que el Licenciado parecía ser una especie de científico o inventor, y que estaba siendo presionado por el kaudillo para crear nuevas armas o tecnología para los orkos. Esto podría ser clave para debilitar su poder o incluso ganarse su confianza.

La tercera observación vino de un informante inesperado:

-Te reto a un desafío de fuerza. Si logro matarte, yo seré el líder - desafió a Shirou al kaudillo en un intento de tomar el control.

El duelo comenzó con el kaudillo orko lanzándose hacia adelante con un rugido, tratando de sorprender a Shirou con su rapidez y fuerza. Shirou reaccionó rápidamente, esquivando el ataque y respondiendo con un fuerte golpe en el costado del orko. Sin embargo, la piel gruesa y musculosa del orko absorbía parte del impacto, y este respondió con un gancho que Shirou demostró bloquear a duras penas con sus antebrazos reforzados.

El intercambio de golpes continuó, con Shirou aprovechando su agilidad y velocidad para evadir los ataques del kaudillo orko. Utilizó sus conocimientos de artes marciales para encontrar aberturas en la defensa del orko y asestar golpes precisos en puntos vulnerables. Cada vez que el orko intentaba atraparlo o golpearlo, Shirou se movía ágilmente para mantener su distancia.

El kaudillo orko gruñía de frustración y rabia, sintiendo la dificultad de enfrentar a un oponente que no solo era rápido, sino también inteligente y estratégico en sus movimientos. Sin embargo, no se dejó intimidar y continuó lanzando golpes poderosos y brutales en un intento de derrotar a Shirou.

Shirou comenzó a cansarse gradualmente debido al desgaste físico de la pelea ya las heridas que había sufrido anteriormente en su lucha contra el kaudillo anterior. Pero su determinación no flaqueó, y aprovechó una apertura en la guardia del orko para lanzar un rápido combo de golpes hacia el pecho y el rostro del orko.

El kaudillo orko retrocedió, sorprendido por la ferocidad de los ataques de Shirou. Sin embargo, no se rindió y respondió con un poderoso cabezazo que golpeó a Shirou en la cabeza, haciéndolo tambalear. Antes de que pudiera recuperarse por completo, el orko aprovechó la oportunidad para agarrarlo y levantarlo en el aire.

La multitud observaba con expectación mientras el kaudillo orko sostenía a Shirou en alto, mostrando su fuerza impresionante. Sin embargo, Shirou no se dio por vencido. Reunió sus últimas fuerzas y sacó su magia de refuerzo para aumentar su poder. Con un esfuerzo sobrehumano, liberarse del agarre del orko y realizar una patada giratoria que impactó en la cabeza del kaudillo.

El kaudillo orko se tambaleó hacia atrás, desequilibrado por el golpe. Shirou aprovechó la oportunidad y realizó una serie de ataques rápidos y precisos contra el orko, impactando en sus puntos débiles. Finalmente, lanzó un golpe poderoso en el rostro del orko, lo que lo derribó y lo dejó inconsciente.

La multitud de orkos y prisioneros humanos estalló en vítores y aplausos, reconociendo la victoria de Shirou sobre el kaudillo orko. Shirou, agotado pero triunfante, se acercó al Licenciado, quien observó con una mezcla de asombro y respeto.

-¡TENEMOZ UN GANADOR, EL NUEVO JEFE ESTÁ AQUÍ! - exclamó el Licenciado, anunciando la victoria de Shirou.

Los orkos comenzaron a aplaudir y celebrar, aceptando a Shirou como su nuevo líder. La situación había tomado un giro inesperado, y ahora Shirou se encontró al mando de los orkos. Sin embargo, sabía que el desafío aún no había terminado y que debía aprovechar esta oportunidad para llevar a cabo su plan y cambiar el curso de las cosas.

Después de la inesperada victoria de Shirou sobre el kaudillo orko, la choza se llenó de gritos y aplausos por parte de los orkos presentes. Entre la multitud, el Licenciado, cuyas ropas y aspecto lo hacían destacar como un tipo particular entre los demás orkos, se acercó a Shirou.

- ¡Eh eh eh! ¡Vaya pelea, humano! - exclamó el Licenciado, golpeando amistosamente el hombro de Shirou.

Shirou, aún respirando agitadamente por el esfuerzo de la lucha, miró al Licenciado con cierta incredulidad.

- Lo hiciste bien, Supersimiogolpeador. Derrotar al jefe no es cosa fácil, ¡y tú lo hiciste a puñetazos! - continuó el Licenciado, sonriendo con una mezcla de admiración y diversión.

Shirou asintió con una sonrisa cansada, agradeciendo el reconocimiento del Licenciado.

- ¡Ahora eres el nuevo kaudillo! - exclamó el Licenciado, alzando la voz para que todos los orkos pudieran escuchar. - ¡Esperamos que seas un gran líder para nosotros, y que nos lleves a conquistar y pelear mucho!

Los orkos que rodeaban a Shirou comenzaron a aclamar, mostrando su entusiasmo ante la perspectiva de un nuevo líder. Algunas dieron palmadas en la espalda a Shirou y le ofrecieron gestos de respeto y aprobación.

El Licenciado se inclinó ligeramente en señal de respeto hacia Shirou y luego le guiñó un ojo.

- ¡Suerte, Supersimiogolpeador! ¡Esperamos que nos guíes hacia la victoria en muchas batallas emocionantes! - dijo el Licenciado antes de alejarse, regresando a sus quehaceres.

Shirou descubrió al Licenciado mientras se alejaba, pensando en las palabras que le había dicho. A pesar de la inusualidad de la situación y de liderar un grupo de orkos, Shirou estaba determinado a aprovechar esta oportunidad para cambiar la suerte de los prisioneros humanos y tal vez encontrar una forma de escapar de su cautiverio.

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