acto 3 ocultistas del caos

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Shirou yacía en su cuarto, descansando, cuando un inquietante presentimiento lo sacó de su sueño. Mirando por la ventana, vio un grupo de marines espaciales con armaduras rojas y calaveras adornando sus hombros. A primera vista, eran diferentes a los espacios marinos que habían encontrado anteriormente. Algunos detalles en su atuendo sugerían que eran Marines del Caos.

Shirou descubrió con confusión mientras los marines comenzaban a abrir fuego y destruir la base. Fue entonces cuando entendió que su presencia tenía como objetivo destruir todo.

Sin perder tiempo, Shirou activó una alarma que alertó a todos los orkos presentes. La base se llenó de actividad mientras los orkos salían a defender su hogar.

Shirou rompió una ventana y, con un bólter en mano, comenzó a disparar contra los marines del Caos. Intentaba frenar su avance, pero se dio cuenta de que estas balas no parecían afectarlos de la misma manera que a otros enemigos.

Aprovechando la cobertura, Shirou se resguardó detrás de la ventana y cambió su arco. Disparó flechas desde la ventana, logrando derribar algunas marinas, aunque no pareció ser suficiente.

De repente, los marines del Caos notaron la presencia de Shirou y abrieron fuego contra él. Logró cubrirse a tiempo, pero una bala le alcanzó en el hombro.

Shirou esperó a que su capacidad regenerativa sanara la herida, como solía hacer, pero esta vez, algo salió mal. El dolor agudo que sintió no se desvaneció y la herida no sanó.

El dolor lo tomó por sorpresa, y sintió una sensación de angustia mientras sostenía su hombro herido.

En medio del campo de batalla, Vox se encontró disparando desde la retaguardia, tratando de detener a los marines del Caos. Pero se dio cuenta de que sus balas no parecían tener mucho efecto contra ellos.

- Maldita sea, no puedo creer que nos hayamos topado con estos tipos tan rápido. ¿Podría ser la mala suerte del chico? - murmuró Vox, oculto tras su cobertura.

Bruz se encontré en pleno combate contra los marines del Caos. Aunque solía enfrentar situaciones difíciles, notó que estos marinos eran diferentes. Eran más fuertes y sus ataques eran más mortales.

-¿Soy yo o estos tipos puntiagudos son raros? - comentó Barri desde la retaguardia, disparando con su metralleta.

Vox intentó entender la situación. - No lo sé, Barri. Solo sigue disparando.

Mientras tanto, Shirou logró llegar hasta Barri, esquivando los disparos que lo seguían. Su hombro herido le estaba causando un gran dolor.

-¿Por qué son más fuertes que los otros? - preguntó Shirou, agitado por la lucha y el dolor.

Vox respondió con preocupación. - Maldita tu suerte, chico. Son marines del Caos, lo opuesto a los marines espaciales.

Los marines del Caos avanzaban hacia Shirou, armados con hachas motosierras. Shirou sabía que enfrentarlos sería un desafío aún mayor que luchar contra los marines espaciales normales.

Materializó una espada motosierra y se lanzó al ataque, chocando con un marine del Caos. La fuerza del impacto lo hizo tambalear, pero Shirou se mantuvo en pie.

El marine del Caos golpeó a Shirou en la cara, haciendo que retrocediera y sangrara. Luego lo agarró y comenzó a aplastar su rostro contra la nieve, asfixiándolo.

Shirou, a pesar de la dificultad para respirar, materializó un bólter y disparó contra la armadura del marino. Sin embargo, las balas no perforaban su protección.

Desesperado, Shirou materializó su lanza, Gae Bolg, y la clavó en el pecho del marine. Aunque perfeccionó herirlo, el marine del Caos siguió luchando.

Con un último esfuerzo, Shirou clavó la lanza en la cabeza del marine, finalmente derrotándolo.

Sin embargo, más marines del Caos se acercaban, y Shirou estaba exhausto. Mientras estaba en el suelo, tratando de recuperarse, múltiples disparos lo atravesaron, provocándole un dolor intenso.

Vox, desde la distancia, disparaba con la esperanza de ayudar, pero vio que sus balas no tenían el efecto deseado.

-Mierda, no sé si eso fue bueno o muy mala suerte - murmuró Vox, jadeando por el esfuerzo.

Vox buscó a Shirou y lo encontró herido en el suelo. Se acerca con preocupación.

-Shirou, ¿qué te pasa? ¿Por qué no te estás regenerando? - preguntó Vox, alarmado por la situación.

-No lo sé, Vox. Pero esta vez es diferente. Duele mucho más de lo habitual y no estoy sanando - respondió Shirou, apenas hablando debido al dolor.

-Debe ser por el tipo de munición. Es posible que las balas disformes estén interfiriendo con tus habilidades regenerativas - explicó Vox, preocupado por la gravedad de la situación.

En ese momento, el licenciado, quien también era un médico, se acercó con una especie de pinza en mano.

- No te preocupes chico. Sé qué hacer - dijo el licenciado, intentando calmar a Shirou.

El licenciado comenzó a remover las balas, y aunque su método era algo peculiar, extrajo las balas sin causarle más daño a Shirou. Las heridas abiertas y sangrantes quedaron expuestas.

aunque luego de un rato los marines del caos se habian retirado , confundiendo a lori y a todos los presentes 

LA ESPADA DEL EMPERADOR Donde viven las historias. Descúbrelo ahora