acto 7 secretos de imperium gladiorum

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En medio de las sombras, había un sitio que aún no había sido explorado por Caín: el gran laboratorio. Este lugar estaba restringido a los tecno sacerdotes, un grupo de orkos, los taus y los eldars. ¿Cómo logró Caín ingresar entonces?

Los dos orkos que custodiaban la entrada estaban ocupados discutiendo, sin prestar atención a lo que ocurría a su alrededor.

- Oye, ¿estás seguro de que no se ha metido nada en este lugar? - preguntó uno de los orkos, mirando a su alrededor con cautela.

- Sí, estoy bastante seguro. ¿Quién querría entrar aquí? No hay nada interesante en este lugar - respondió el otro, sin prestarle mucha atención al asunto.

- Bueno, supongo que tienes razón... Oye, ¿ves esa caja? - dijo el primer orko, señalando hacia una caja que estaba sospechosamente cerca de ellos.

- ¿Una caja? ¿Crees que alguien esté dentro de ella? - preguntó el segundo orko, curioso.

- No lo creo. ¿Quién en su sano juicio se metería en una caja para esconderse? Es estúpido - respondió el primero con desdén.

- Tienes razón, pero ¿y si hay algo adentro esperando a que nos distraigamos para moverse? - propuso el segundo orko, preocupado.

- Eso sería aún más estúpido. ¿Crees que alguien no notaría que una caja en la que podría caber un humano se movería de la nada? Es obvio que hay alguien dentro - afirmó el primero, intentando parecer lógico.

- Sí, pero si en verdad hay alguien ahí dentro...

- Bueno, entonces se tendrá que quedar ahí durante un buen rato - concluyó el primer orko.

- Sí, porque de aquí no nos moveremos. De hecho, propongo que quedemos viendo fijamente a la caja de ahora en adelante - sugirió el segundo orko.

- Está bien, pero solo por una hora - aceptó el primero.

Mientras los orkos seguían discutiendo sobre la caja y vigilándola con atención, Caín había entrado por la puerta sin ser detectado. Caminaba con precaución entre las máquinas y equipos que llenaban el laboratorio, cauteloso pero seguro de que estaba pasando desapercibido. El laboratorio estaba dividido en cinco partes, cada una ubicada en un punto diferente.

Parte 1 - Industria Generantis

Desde las escaleras, Caín observaba una multitud de máquinas en funcionamiento, generadores de energía utilizados por los tecno sacerdotes. Estos manipulaban la energía eléctrica que parecía provenir de una misteriosa caja.

- Oye, ¿nunca te has preguntado qué hay dentro de esa caja? - preguntó uno de los tecno sacerdotes.

- La verdad es que sí, siempre me lo pregunto, pero no voy a desobedecer al Lord Shirou por eso - respondió otro.

- Tienes razón. Hay cajas que nunca deberían ser abiertas, especialmente ésta. Parece que podría traer algo maligno a este planeta - agregó el primero.

Con la partida de los tecno sacerdotes, Caín aprovechó la oportunidad para investigar el contenido de la caja. Para su sorpresa, lo que encontró en su interior era una simple piedra con luces que mostraba el mensaje "Electricidad ilimitada".

- Oh no, no quería que lo abrieran. Si se enteran, les dará un ataque - murmuró Caín, refiriéndose a los tecno sacerdotes.

Era evidente que estos tecno sacerdotes tenían una obsesión por la tecnología, y si descubrían que toda la energía que producían se basaba en una simple piedra luminosa, seguramente se desataría el caos. Con esta nueva información, Caín decidió abandonar el lugar y dirigirse al segundo piso, donde aún quedaban más misterios por descubrir.

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