acto 5 que te abrase la enfermedad

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Shirou escuchó las palabras del médico con una mezcla de alivio y asombro. Era increíble pensar que una enfermedad que había causado la muerte de tantas personas pudiera tratarse tan fácilmente. Aunque se sintió afortunado por haber superado el cáncer cerebral sin mayores problemas, no pudo evitar sentir una cierta incredulidad ante la aparente simplicidad de la cura.

"(La enfermedad que cobró millones de vidas se curó con una simple aguja)", reflexionó Shirou sorprendido por la ironía de la situación.

El comentario del doctor sobre el "sida espacial" y su letalidad hizo que Shirou se sintiera incómodo. La mención de esta enfermedad desconocida y mortal resonó en su mente, recordándole los peligros que enfrentaban en ese mundo desconocido.

A medida que el viaje continuaba, el escenario se transformó en un pantano oscuro y tenebroso. Siguiendo los rastros del gran demonio, avanzaron con precaución a través del terreno inhóspito. El ambiente estaba cargado de tensión mientras se adentraban en lo desconocido.

Shirou recordó el método poco convencional que utilizaban para determinar si estaban en el camino correcto: el olor. Lisa le había explicado que mientras más intenso fuera el hedor, más cerca estarían del demonio. Era una forma primitiva pero efectiva de seguir su rastro.

Lisa comentó sobre su proximidad al demonio, expresando su deseo de enfrentarlo y poner fin a la amenaza. Shirou estuvo de acuerdo, sintiendo que estaban llegando al punto crucial de su misión. Sin embargo, sus pensamientos se desviaron hacia las máscaras que todos llevaban puestas.

"Creo que las máscaras son un poco exageradas considerando lo que hemos enfrentado", dijo Shirou.

Lisa lo miró con seriedad y le recordó la lección que habían aprendido antes. "Shirou, no subestimes las posibles consecuencias. Sabes lo que pasó la última vez. Es mejor prevenir que lamentar".

"Supongo que tienes razón, Lisa. A veces olvido lo peligroso que puede ser este lugar", admitió Shirou con una pequeña sonrisa.

Lisa asintió con aprobación, sabiendo que la seguridad de todos era primordial. Sin embargo, su tono se volvió más serio mientras advertía a Shirou sobre las posibles consecuencias.

"Recuerda que no podemos permitirnos errores aquí. Enfrentamos enemigos poderosos y no podemos correr riesgos innecesarios", le recordó Lisa con firmeza.

Shirou asintió con determinación, asumiendo la gravedad de la situación. "Tienes razón, Lisa. Esta vez no podemos dejar cabos sueltos ni cometer errores. Debemos estar preparados para lo que sea".

Mientras continuaban avanzando en el pantano, el hedor a corrupción y maldad se intensificaba, señalando que estaban cada vez más cerca de su objetivo y viendo como los salamandras quemaban todo a su paso

Después de todo, ¿cómo podían entregarle el destino del planeta a Shirou en condiciones tan deplorables?

Después de un tiempo de caminar por el inhóspito terreno, el licenciado se acercó a Shirou con una expresión de confianza en su rostro."Hey jefe, ¿viste lo que le hice en el brazo a Bruz? ¿No quieres que haga lo mismo contigo?" dijo el licenciado, ofreciéndole un pequeño libro que detallaba todas las mejoras y modificaciones que podrían hacerle a Shirou

LA ESPADA DEL EMPERADOR Donde viven las historias. Descúbrelo ahora