Habían triunfado. Habían erradicado toda amenaza demoníaca del planeta y ahora esperaban que los Tau vinieran a recogerlos. Mientras tanto, Shirou solo conversaba con Draco.
- Fue un placer trabajar contigo de nuevo, Shirou. Creo que nuestros caminos pronto se cruzarán de nuevo de una manera más profunda - dijo Draco estrechando la mano de Shirou.
- Coincido contigo en eso - respondió Shirou con calma, a pesar de todo lo que había experimentado.
Shirou sentía que habían pasado días en esa habitación, sumido en un profundo asco hacia todo lo que le recordaba ese lugar. Su aversión era tan intensa que su alma parecía ansiosa por escapar, y Slannesh, de alguna manera, lo permitió, como si tuviera otros planes para él.
- Pronto nos encontraremos de nuevo, querido - resonó en las palabras de Slannesh en su mente, evocando en él un profundo odio hacia lo que había experimentado.
- Cumpliré mi promesa. Este mundo será tuyo, y espero que puedas sacarle el máximo provecho y enfrentar las responsabilidades de liderar un planeta - dijo Draco, mostrando seriedad mientras observaba su entorno.
Era un planeta parecido a la Tierra, con su propio conjunto de desafíos y oportunidades.
- Está bien, pero primero quiero regresar a mi propio mundo, la verdad sea dicha - respondió Shirou con una ligera risa.
En ese momento, el sonido de la nave Tau resonó en el aire, indicando que era hora de despedirse. Shirou se fue con los Orkos y los soldados que habían sobrevivido.
- Adiós, Salamandra. Espero que no tengamos que cruzarnos de nuevo en circunstancias como estas - dijo Yarrick seriamente mientras se alejaba, marcando la última vez que Shirou y Draco lo verían.
Draco suspiró, pensando en la profecía que se había mencionado en relación a Shirou: "El mayor hereje del milenio".
- ¿Qué estupideces va a hacer para ganarse ese título? - preguntó Draco con seriedad mientras apretaba el arma bendecida por Vulkan.
En otro contexto, el T'au se dirigió a Shirou, ofreciéndole agua como una muestra de cortesía.
Shirou tomó el vaso y bebió su contenido, sintiéndose cansado por toda la experiencia que había vivido. Solo quería descansar y dormir.
- Más o menos. Digamos que no me fue tan mal, al menos logré salir con vida - respondió Shirou, acomodándose en la silla mientras se preparaba para descansar.
El T'au tenía una notificación importante que hacerle.
- Por cierto, señor, creo que es mi deber informarle que una raza de la galaxia ha ingresado a su planeta en una ubicación lejana - dijo el T'au seriamente, observando cómo Shirou comenzaba a cerrar los ojos.
La paciencia de Shirou se agotó un poco al escuchar eso. Parecía que no podría tener un descanso tranquilo.
- Dile a todos que se dirijan a esa ubicación. Nos reuniremos cerca del lugar y veremos si están dispuestos a negociar - ordenó Shirou mientras se dejaba llevar por el sueño.
Mientras Shirou se sumía en el mundo de los sueños, el T'au cumplió con su tarea, y la intriga sobre la nueva raza que había aparecido en el planeta comenzaba a crecer.
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LA ESPADA DEL EMPERADOR
RandomUn chico con unos ideales de héroe luego de un gran viaje reencarna en un nuevo mundo desconocido con peligros desconocidos y aliados por venir Será la esperanza del imperio y simplemente será una espada más enterrada en los sueños y esperanzas de...