LA ESPADA DEL EMPERADOR

acto 3 base en un mundo helido

El grupo de Shirou había establecido una pequeña base improvisada en el planeta nevado, donde todos los orkos y los miembros del equipo encontraron un lugar para hospedarse. Los materiales no eran un problema, ya que Shirou podía crear lo que necesitaban.

Cada grupo de tres orkos compartía un espacio, y aunque los orkos no necesitaban descansar tanto como los humanos, encontraron su lugar para descansar. En cuanto a Shirou, tenía un área especial con dos pisos para él. Descansaba en una cama improvisada con sacos de dormir que había traído consigo.

En medio de la tranquilidad de la noche, Shirou se encontró sumido en sus pensamientos. La pesadilla que había tenido sobre la distorsión del espacio seguía atormentándolo, especialmente lo que había presenciado en ella. Sentimientos de culpa y abandono lo habían invadido.

"¿Será que en verdad los abandoné?" se preguntaba en voz baja, su voz casi perdida en la vastedad de la base.

El recuerdo del incendio y la angustia de ver a las personas importantes en su vida siendo consumidas por llamas y sufrimiento, seguía fresco en su mente. Cada imagen era una daga en su corazón, dejándolo confundido y preocupado.

Shirou se incorporó en la cama, apoyándose en el respaldo mientras esperaba en voz alta. "El incendio fue terrible, pero lo que más me atormenta es cómo los vi sufrir, cómo los vi... morir." Suspiró profundamente, mirando fijamente al suelo.

De repente, un suave golpe en la puerta lo sacó de sus pensamientos.

- Puedes pasar - invitó a Shirou, levantándose de la cama y alejando su mirada.

Vox entró en la habitación con dos platos de sopa de garrapato, ofreciendo uno a Shirou.

- Oye, chico, supongo que debes tener hambre. Traje esto para ti. Me sorprende que los orkos lograran cocinar algo decente - comentó Vox, sentándose a su lado y entregándole el plato de comida.

- Gracias, Vox. Lo aprecio mucho - respondió Shirou, aceptando el plato de comida.

Con el plato entre las manos, Vox notó la expresión preocupada de Shirou y decidió abordar el asunto.

- Dime, Shirou, ¿algo anda mal? Esa cara tuya no me convence del todo - preguntó Vox mientras comenzaba a comer de su propia sopa.

Shirou dudó por un momento, pensando si debería compartir sus pensamientos más profundos con Vox. Finalmente, no empece a ocultarlo.

-No es nada grave, solo es una pesadilla que tuve... relacionado con lo que vimos en la distorsión del espacio - respondió Shirou, tomando un sorbo de la sopa.

Vox asintió, entendiendo la gravedad de la situación.

-¿Estás preocupado por lo que viste allí? - preguntó Vox mientras continuaba comiendo.

-Sí... no puedo creer que un lugar así existe. Es... difícil de asimilar - admitió Shirou, pensativo.

Vox continuó comiendo, escuchando atentamente las palabras de Shirou. Luego, compartimos sus propios pensamientos y experiencias.

-Bueno, te diré algo. La Diformidad es como si la realidad misma se burlara de ti, explorando tus arrepentimientos, tus pensamientos más oscuros y tus secretos más profundos. Ese lugar juega con todo eso, creando un infierno personal para cada uno. Aunque con el tiempo, uno se acostumbra. Ahora cuéntame, ¿qué fue lo que viste? - Vox levantó la mirada y le lanzó una mirada seria a Shirou.

Shirou sintió la presión y la confianza de Vox, pero guardó sus pensamientos para sí mismo. Preferiría no compartir el trauma que había experimentado en la distorsión.

-No es algo que esté listo para discutir aún, Vox. Gracias por preocuparte, de todos modos - respondió Shirou, mirando su plato de comida.

Vox asintió comprensivamente, sabiendo que Shirou tendría su tiempo para enfrentar y compartir sus experiencias. La conversación se desvió hacia recuerdos más ligeros, y los dos continuaron comiendo y compartiendo anécdotas.

-Sabes, Vox, me acuerdo de cuando era un niño y... -comenzó Shirou.

Vox sonrió y lo interrumpió con una risa. - Jajaja, aún me acuerdo de eso. Eras un niño asustado que se planteaba cosas serias. Querias escapar de todo. - Vox se rió mientras grababa la situación.

Shirou sonrió avergonzado, pero también agradecido por la orientación que había recibido de Vox en esos momentos difíciles.

-Bueno, tienes razón. Aunque lo que dijiste entonces fue un buen consejo. No quiero escapar más, quiero enfrentar lo que venga - dijo Shirou con determinación.

Vox asintió y puso una mano amistosa en el hombro de Shirou. - Eso es lo que necesita escuchar, chico. No importa cuán difícil sea el camino, siempre puedes contar con este viejo gruñón.

Shirou sonrió sinceramente y agradeció a Vox por su apoyo.

- Gracias, Vox. Realmente aprecio todo lo que ha hecho por mí. Si no hubieras estado allí aquel día, no sé cómo hubiera terminado todo - admitió Shirou, grabando su pasado y su intento de escapar.

Un flashback invadió su mente, y Shirou se vio a sí mismo cerca de un borde peligroso, mientras Vox lo observaba con preocupación.

Vox soltó una carcajada al recordar la situación. - Jajajaja, aún me acuerdo de eso. Eras un niño tonto que pensaba en hacer cosas tontas. - Vox rió entre dientes, mientras Shirou se ruborizaba ante el recuerdo.

-Pero sabes, tenías razón. A pesar de cómo me sentí en ese momento, tenía cosas por las que vivir y luchar. A veces, solo necesitamos a alguien que nos lo recuerde - admitió Shirou con gratitud.

Vox asintió, con una sonrisa que mostró su satisfacción por ver cómo había crecido y madurado Shirou.

-Sí, chico. A veces, todo lo que necesitamos es una pequeña chispa de esperanza para mantenernos en pie. Y créeme, has recorrido un largo camino desde entonces. Salvaste a innumerables personas y te has convertido en un líder que los orkos respetan. Y lo más importante, tienes el potencial para hacer aún más. No has ni llegado a los 20 años y ya has hecho tanto. Si sigues así, te contruiras en un gran hombre, Shirou Emiya - expresó Vox con orgullo en su voz.

Shirou sonrió, sintiéndose reconfortado por las palabras de Vox. - Gracias, Vox. Tienes razón, y creo que mañana será un gran día. Tal vez podamos hacer algo para salvar este planeta.

La conversación continuó entre risas y camaradería mientras compartían su comida y sus pensamientos en medio de la noche.

Mientras tanto, en algún lugar distante, un paisaje de destrucción ardía en llamas, creando una imagen aterradora de fuego y desolación.