acto 4 Joder quiero dar mi vida por el imperio

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La habitación estaba sumida en una penumbra suave mientras Shirou buscaba a Shidou para tener una conversación importante antes de partir hacia el nuevo planeta. Sus pensamientos se centraban en la necesidad de abordar el asunto de los poderes psíquicos de Shidou, una cuestión que no podía ignorar.

Al entrar a su habitación, Shirou notó un movimiento inusual bajo su cama. Una sonrisa se dibujó en su rostro cuando entendió que se trataba de Shidou, quien estaba escondida allí. Con un gesto lúdico, levantó la cama con su mano mientras Shidou emergía, sosteniendo una pistola en su mano.

El disparo resonó en la habitación, pero Shirou, con sus reflejos sobrehumanos, esquivó el proyectil. Shidou soltó el arma y se acercó a él con una sonrisa inocente, ajena a lo cerca que estuvo de causar una tragedia.

¿Cómo lo hice, papá? ¿Te asusté? - preguntó Shidou, su voz llevando un toque de emoción por la pequeña travesura que había intentado.

Shirou la miró con una mezcla de alivio y diversión. A pesar de la situación, no podía evitar sentirse orgulloso de la determinación de su hija.

Lo hiciste bien, Shidou, pero aún te falta práctica. Definitivamente tienes potencial como tiradora - comentó Shirou, mientras levantaba a Shidou del suelo y la acomodaba en la cama.

La niña sonrió, feliz de haber ganado algo de aprobación de su padre.

Sabes, tendré que viajar por un tiempo. Así que espero que seas una buena niña y te portes bien mientras no estoy aquí - dijo Shirou con ternura, acariciando el cabello de Shidou.

Shidou asintió con entusiasmo, queriendo demostrar que podía cuidarse a sí misma.

No te preocupes, papá. Estaré bien y me comportaré, ¡lo prometo! - exclamó Shidou con una amplia sonrisa.

Sin embargo, la atmósfera cambió cuando Shirou mencionó el verdadero motivo de su conversación.

Pero sabes, hay otra cosa de la que tenemos que hablar... es sobre tus poderes - dijo Shirou con un tono más serio y cauteloso.¿Qué pasa con eso, papá? - preguntó Shidou con un tono de miedo en su voz, temiendo un posible regaño.

Shirou suspiró suavemente, consciente de que debía abordar el tema con delicadeza.

Sé que Lisa te ha estado entrenando, y eso está bien. Pero me preocupa que esto pueda volverse una carga para ti, algo que solo traería problemas y enemigos. No quiero que enfrentes riesgos innecesarios. Por eso, en esta expedición, los tecno sacerdotes van a trabajar en la creación de una máquina para controlar y regular tus poderes, de modo que no sigan desarrollándose de manera descontrolada - explicó Shirou con seriedad en su tono.

La expresión de Shidou se tornó nerviosa ante esta noticia, preocupada por la posibilidad de que sus habilidades fueran limitadas de alguna manera.

Sin embargo, antes de que Shirou pudiera salir de la habitación, Shidou lo detuvo sujetándose de su pantalón con firmeza.

¡Es para papá, no tienes que hacer eso! - exclamó Shidou con tristeza en su voz, intentando convencer a su padre de reconsiderar.

Claro que tengo que hacerlo, Shidou. Es por tu propio bien y seguridad - respondió Shirou en un tono que dejaba claro su resolución.

La niña estaba visiblemente afectada por esta decisión, y no ocultó su tristeza. Shidou estaba decidida a aprender y controlar sus poderes para no convertirse en una carga para su padre, pero también deseaba estar a su lado en los momentos difíciles.

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