acto 7 NINGERUNDAYO

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La situación que estaba a punto de desencadenarse en una batalla entre Caín y Shirou fue abruptamente interrumpida por la entrada repentina de los generales que Caín había enfrentado en el pasado. La confusión se apoderó del ambiente, tanto para Caín como para Shirou, mientras intentaban comprender lo que estaba sucediendo.

Sin embargo, antes de que pudieran reaccionar, la situación se tornó caótica. Los generales acusaron a Caín, y antes de que cualquier palabra pudiera ser intercambiada, un grito resonó en la habitación.

- ¡AHÍ ESTÁ! ¡ESE ES EL HIJO DE PUTA!

La puerta se abrió de golpe, y todos los generales se abalanzaron, llevados por un fervor vengativo. La situación se tornó aún más frenética cuando Kinessa, Vox, Lisa, el Licenciado, Barri y Bruz abrieron fuego sin previo aviso.

Caín instintivamente se lanzó por la ventana, desesperado por escapar de la súbita lluvia de balas. Logró caer sobre un pequeño muro, luchando por mantener el equilibrio mientras se resbalaba.

Mientras tanto, la escena en el interior era igual de caótica. La lluvia de balas había alcanzado a Shirou, que cayó junto a Zoru. La sangre de Shirou salpicó el traje y la cara de Zoru, dejándolo en estado de shock, sin saber cómo reaccionar ante la repentina tragedia que se estaba desarrollando frente a sus ojos.

La combinación de disparos y el impacto de la caída arrojó a Caín sobre Shirou. La ironía de la situación era inquietante mientras Caín yacía sobre el cuerpo de Shirou, cuyo enfrentamiento quedaba ahora en un estado final e irreversible.

El caos había dejado un reguero de sangre, confusión y destrucción en su camino. Los generales se quedaron mirando la escena con una mezcla de horror y asombro ante lo que habían causado.

En medio de este caos, las vidas de Caín y Shirou habían convergido de una manera inesperada y trágica.


Agarrando el cuerpo de Shirou, Caín actuó rápidamente para preservarlo en la medida de lo posible. Metió el cuerpo partido en la mitad en una caja y la selló con determinación. Montándose en su moto, emprendió la huida, con la sombra de la persecución acechándole en cada paso.

Los orkos, listos para la caza, tomaron sus vehículos y comenzaron a perseguir a Caín con una ferocidad indomable. Mientras tanto, Lisa y Vox quedaron junto a Zoru, quien parecía estar en un estado de aturdimiento por la noticia de la muerte de Shirou.

- Oye, eldar, ¿pasa algo? - preguntó Vox, tratando de sacar a Zoru de su aturdimiento.

- Shirou... acaba de morir - dijo Zoru en estado de shock, como si la realidad no hubiera terminado de asentarse en su mente.

Vox estaba a punto de decir algo para reconfortar a Zoru, pero Lisa lo detuvo, comprendiendo que en ese momento no había palabras que pudieran calmar el dolor de perder a alguien cercano.

Desde un tejado cercano, Kinessa apuntó a Caín y comenzó a disparar, obligándolo a esquivar los disparos mientras huía. Tres orkos, masivos y amenazadores, se unieron a la persecución, intensificando el peligro.

Mientras tanto, Vox y Lisa tomaron sus motocicletas, acercándose a Caín en un intento de ayudarlo. Sin embargo, Caín vio una oportunidad y, al encontrar una rampa, decidió arriesgarse y saltar sobre ella, atravesando un muro en un desesperado intento de escapar.

Kinessa apuntó con precisión y logró impactar en un tornillo crucial de la moto de Caín, lo que provocó que este perdiera el control y se cayera. Aunque logró aferrarse a la caja con el cuerpo de Shirou, usándola como escudo contra el impacto.

Con la caja aplastada y la situación crítica, un giro inesperado se produjo cuando una nave aterrizó frente a Caín. De la nave emergió alguien conocido, alguien que había trabajado con Shirou anteriormente y que ahora necesitaba la ayuda de Caín.

LA ESPADA DEL EMPERADOR Donde viven las historias. Descúbrelo ahora