LA ESPADA DEL EMPERADOR

acto 7 Últime sword

Caín logró ingresar a Últime Sword, la gran torre que se alzaba por encima de todo. Al entrar, se encontró con un edificio de diez pisos, y sabía que tenía que explorar cada uno de ellos en busca de su objetivo.

Piso número 1:

Encontró una sala de espera bastante común y corriente. No parecía tener gran importancia, por lo que Caín decidió no perder tiempo y continuó su búsqueda.

Piso número 2:

Otra sala de espera, pero esta parecía estar diseñada para ocupantes de alto rango. Caín sintió que estaba más cerca de su objetivo, pero aún no había encontrado lo que buscaba.

Piso número 3:

Al abrir la puerta, se encontró con una extensa biblioteca. Los estantes estaban llenos de libros que parecían ser los que Shirou había acumulado a lo largo de su vida. Entre los títulos, uno llamó la atención de Caín: "Razones por las cuales el Emperador no es un dios". Era un libro escrito por Shirou. Caín decidió no leerlo en ese momento y continuó explorando.

Piso número 4:

Se adentró en una cocina totalmente equipada. Allí, Caín notó largos cuchillos de cocina extremadamente afilados. También había una pequeña mesa con platos decorados con gatitos, sin duda el toque de Shidou. Caín reflexionó sobre la vida personal de Shirou mientras seguía su camino.

Piso número 5:

Encontró una gran mesa redonda con múltiples asientos, cada uno de diferente tamaño. Sin embargo, un asiento en particular llamó su atención. Era un trono más grande y elaborado que los demás, evidentemente reservado para Shirou.

Cada piso revelaba una faceta diferente de la vida y personalidad de Shirou. Caín sabía que estaba cada vez más cerca de su objetivo, mientras continuaba ascendiendo por Últime Sword en busca de la foto que necesitaba.

Piso 6:

La siguiente sala que exploró era una especie de sala de trofeos de guerra. Caín quedó impactado por lo que vio:

- Un traje de un marine espacial.
- Cabezas de demonios de los cuatro dioses del caos.
- La parte superior de un titán imperial.
- Un cráneo.
- Un hacha gigante que seguramente pertenecía a un gran demonio.
- Una gran cantidad de oro.

Caín se dio cuenta de que había entrado en la oficina de Shirou, que era incluso más grande que las anteriores habitaciones. La oficina tenía un gran escritorio frente a lo que parecía ser el trono de Shirou, decorado con huesos humanos y partes de metal. Había contenedores por todas partes, lo que le dio la oportunidad de buscar lo que necesitaba.

Caín revisó los papeles esparcidos por el suelo, pero entonces escuchó dos voces discutiendo en el exterior de la habitación. Instintivamente, buscó un escondite secreto y descubrió que había entrado en el cuarto personal de Shirou.

La habitación era inmensa, y Caín observó la cama grande y la falta de ropa en el armario. Había múltiples copas de licor, la mayoría de ellas vacías, y un rincón que parecía ser una especie de sala donde Shirou pasaba tiempo con su hija.

Subiendo al piso siguiente, Caín llegó a la habitación principal. Pero entonces, vio a Shirou en su oficina. Estaba despeinado, cansado y algo golpeado. Sacó una cerveza y luego un garrapato, que mató para dejar que su sangre se mezclara con la bebida. Caín observó el acto con incredulidad, considerándolo poco civilizado.