En las oscuras calles del imperio, un ser misterioso acechaba en la sombra. Vestía ropas extravagantes que podrían confundirse con las de los habitantes del imperio de la humanidad. Un hombre, evidentemente ebrio y ajeno al peligro que lo rodeaba, caminaba tambaleándose por el camino oscuro.
El ser misterioso se acercó sigilosamente por detrás, sus pasos apenas audibles en la penumbra. Con rapidez y precisión, saltó sobre el hombre, atacándolo sin piedad. El golpe dejó al hombre gravemente herido, al borde de la muerte. Aunque el atacante no se detuvo allí; con agilidad, le arrancó la ropa que llevaba puesta y tomó su dinero, dejándolo prácticamente indefenso en el suelo.
( PD : ANTES QUE PREGUNTEN NO , AUN NO AHI UNA MONEDA OFICIAL LO QUE PASA ES QUE CADA RAZA SIGUE USANDO SU MONEDA TIPICA )
Después de un tiempo, Caín llegó a un bar que estaba lleno de orkos y algunos pocos humanos. Se acercó a la barra con una sonrisa confiada mientras Vox, el camarero, lo atendía como siempre.
- ¿Y dígame, al nombre de quién me honra atender? - preguntó Vox mirando al hombre que no reconoció de inmediato.
- Mi nombre es Caín, solo Caín - dijo este mientras comenzaba a tomar su trago.
Vox continuó atendiéndolo de manera habitual, sin darse cuenta de la verdadera identidad del hombre frente a él.
Este hombre era el comisario Caín, una figura legendaria en el Imperio.
Unos días atrás...
- ¡COMISARIO CAIN, EL ENEMIGO SE APROXIMA A GRAN VELOCIDAD, DEBEMOS HACER ALGO! - exclamó un soldado de la Guardia Imperial con urgencia.
El Comisario Caín, el hombre más respetado y temido en el Imperio, ya tenía un plan en mente.
- Ustedes evacuen en las naves de apoyo, yo me quedaré aquí y pelearé con estas bestias - declaró Caín con resolución mientras empuñaba su espada motosierra.
- Pero señor...
- ¡LÁRGUENSE YA! - ordenó Caín, viendo cómo los orkos comenzaban a acercarse.
Con determinación, la Guardia Imperial partió en las naves de apoyo mientras el Comisario Caín enfrentaba a la horda de orkos. Sin embargo, en medio del caos, Caín también encontró la oportunidad de escapar. Subió a una pequeña nave de emergencia que había sido reservada solo para él.
Mientras su nave se alejaba de la batalla, Caín sostenía su espada ensangrentada y agitada, imaginando que había sobrevivido gracias a la suerte y su instinto.
Pero en realidad, no fue solo suerte lo que lo llevó a sobrevivir durante todos esos años de enfrentamientos con las peores amenazas del universo. Caín era un guerrero formidable con una habilidad sobrehumana y un valor insuperable.
Finalmente, la nave de Caín llegó a un planeta: Fuyuki.
Al estrellarse, su nave chocó en el barrio orko, lo que pasó inadvertido entre los orkos ocupados en sus propias actividades.
Fin del flashback.
Caín continuó su camino, bebiendo su trago en el bar y pagando con los créditos que había ganado. A pesar de su aparente tranquilidad, Vox seguía desconfiando de él.
Esa noche, Caín pasó durmiendo en la calle, en la cruda realidad de ese mundo.
Al amanecer, recorrió las calles del imperio, observando a diferentes seres: orkos, humanos, taus e incluso eldars, cada uno inmerso en sus actividades cotidianas.
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LA ESPADA DEL EMPERADOR
AcakUn chico con unos ideales de héroe luego de un gran viaje reencarna en un nuevo mundo desconocido con peligros desconocidos y aliados por venir Será la esperanza del imperio y simplemente será una espada más enterrada en los sueños y esperanzas de...