acto 2 Tu no irás a ninguna parte

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Con la amenaza inminente de refuerzos imperiales y la necesidad de evitar que se transmita un informe a Terra, Shirou y su grupo se enfrentaron a una intensa batalla en la nave imperial. Justo cuando la nave comenzaba a alejarse, se dieron cuenta de la necesidad de tomar medidas drásticas para asegurar que no se difundiera información.

"¡No podemos permitir que den un informe en Terra! Sería devastador para este planeta", exclamó Lisa con urgencia mientras observaba la nave imperial que se alejaba.

"Traerán refuerzos y no podremos enfrentarlos. Este planeta estará perdido", agregó Kinessa, vislumbrando las naves imperiales en el horizonte.

Shirou, lleno de determinación, decidió enfrentar la situación de frente.

"Está decidido. Ustedes, chicos, encárguense de llevar a todos a un lugar seguro. Yo me encargaré de perseguir la nave imperial", declaró Shirou mientras se preparaba para abordar una nave orka que le seguiría.

"Nosotras vamos contigo. Nos salvaste la vida y también debemos hacer nuestra parte para salvar este planeta", afirmó Lisa mientras se subía a la nave, seguida por Kinessa.

La persecución de la nave imperial fue una experiencia intensa, con la nave de Shirou esquivando hábilmente la artillería enemiga. Gracias a los esfuerzos combinados de Lisa y Kinessa, lograron crear una barrera de energía que protegió su nave mientras se acercaban a la nave enemiga.

A medida que se aproximaban, el orko al mando de la nave dio una orden audaz.

"Prepárense para el impacto", advirtió el orko antes de embestir la nave imperial.

La colisión fue feroz y desgarradora, logrando abrir un agujero en la nave imperial. El orko resultó lanzado por la fuerza de la colisión, mientras que Shirou y su grupo lograron evitar ser expulsados.

"¡Tenemos suerte de que la nave imperial no caiga solo con esto!", comentó Lisa, observando cómo la tecnología de la nave enemiga reparaba automáticamente el agujero.

"Pero ahora debemos encontrar al comisario y al responsable de este planeta", agregó Kinessa, preparándose para lo que vendría.

Shirou creó armas para él y su grupo mientras avanzaban a través de la nave enemiga. Enfrentaron a numerosos soldados y marines espaciales, con Shirou liderando la carga, Lisa haciendo estragos con su escopeta y Kinessa eliminando a enemigos desde la distancia con su rifle de plasma.

En un momento crucial, el comisario y un grupo de marines espaciales rodearon a Shirou y su grupo. El comisario, lleno de rabia, dio la orden de abrir fuego.

Pero entonces, Kinessa liberó su poder psíquico, erigiendo una poderosa barrera protectora que detuvo los disparos. Sin embargo, la tensión la dejó desmayada.

En medio del caos, Shirou aprovechó la oportunidad y materializó varias espadas, lanzándolas en todas direcciones y eliminando a los marines espaciales. Solo quedaba el comisario, quien continuó disparando con determinación, evitando las espadas.

En ese momento, Lisa entró en acción con furia. Se enfrentó al comisario y lo golpeó con una fuerza abrumadora, rompiéndole la mandíbula. Luego, con una daga, lo hirió en la espalda y le fracturó el brazo derecho. El comisario, debilitado y gritando de dolor, no pudo hacer mucho más.

Shirou, ahora sosteniendo a Kinessa, llegó a la escena.

"¿Dónde está tu superior, comisario? No hay forma de que logres este ataque solo", demandó Lisa, sacudiendo al comisario, quien solo pudo reír ante la situación.

"Malditos herejes, ustedes no entienden. Este planeta está condenado por su culpa... su maldita culpa", dijo el comisario con desesperación y enojo.

Shirou y Lisa miraron al comisario con sorpresa y horror, pero antes de que pudieran reaccionar, el comisario tomó una pistola y se disparó en un acto de suicidio. La escena dejó a Shirou impactado, y Lisa sintió una mezcla de horror y consternación al escuchar las palabras del comisario.

El enfrentamiento con el comisario había terminado de manera impactante y trágica, dejando preguntas sobre las razones detrás de sus acciones y la amenaza que representaba para el planeta.

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