Esa experiencia fue sumamente extraña para Shirou. No solo por el hecho de que estuvo cerca de tener relaciones sexuales con un hombre y una mujer demonios, sino porque seguía siendo virgen a pesar de todo.
Avanzando por un pasillo estrecho, Shirou caminaba nervioso al lado de Draco, quien era su único compañero en ese momento. El resto del grupo se había separado, dejándolos a solas.
Antes de que Shirou pudiera decir algo, Draco rompió el silencio.
- Así que... casi te violan, ¿eh? - dijo Draco con una sorprendente franqueza, lo que dejó a Shirou un poco perturbado.
- Bueno, supongo... Fue realmente incómodo. Quiero decir... ya sabes por qué. - respondió Shirou, refiriéndose al demonio masculino.
Draco asintió con comprensión.
- Sí, casi tener relaciones sexuales con demonios es una locura. Incluso podrías haber terminado como aquel soldado sin su... parte reproductiva. - dijo Draco con un tono de asco evidente.
- Bueno, sí, pero me refería al hecho de que era... ya sabes, un demonio hombre. - admitió Shirou, sintiéndose incómodo al hablar del tema.
- Eso es lo de menos, Shirou. No importa el género de la otra persona, lo importante es que sea un humano. Mientras no te involucres con xenos o demonios, puedes tener relaciones con hombres o mujeres, realmente no me importa. - declaró Draco seriamente, dejando a Shirou en una situación incómoda.
El comentario de Draco hizo que Shirou reflexionara sobre la mentalidad de su compañero. A pesar de la apertura de mente que tenía hacia las relaciones, parecía haber una especie de homofobia latente en él, lo que dejó a Shirou sudando ante la revelación.
En medio de la batalla, una oleada de demonios de Slaanesh apareció. Draco rápidamente empuñó su Lanzallamas y comenzó a lanzar llamas ardientes, incinerando a los demonios que se acercaban. Shirou desplegó sus dos rosas y las usó con precisión para eliminar a los demonios con eficacia.
Los demonios de Slaanesh eran hábiles en el combate cuerpo a cuerpo, lo que significaba que Shirou no podía bajar la guardia en ningún momento. Rápidamente materializó espadas del suelo y las usó para empalar a los demonios que se acercaban. Sin embargo, en medio de su lucha, su poder psíquico comenzó a descontrolarse.
De repente, su poder se manifestó en formas más destructivas. Grandes espadas llameantes surgieron del suelo, incinerando todo a su alrededor. Los demonios, viendo la oportunidad, se abalanzaron sobre él. Shirou, luchando por mantener el control, se tapó los ojos mientras intentaba frenar la creciente oleada de poder.
Sin embargo, en un giro inesperado, todos los demonios comenzaron a ser consumidos por las llamas. Shirou había encendido la atmósfera circundante, convirtiéndola en un mar de fuego que envolvía a los demonios y los incineraba por completo. Las llamas brotaban incluso de su boca, como si estuviera expulsando el fuego de su interior.
En medio de este caos, Draco se movió rápidamente y le dio un fuerte puñetazo a Shirou, sacándolo de su trance abrasador. La mirada de Shirou volvió a enfocarse y se dio cuenta de la destrucción a su alrededor. Los cuerpos de los demonios se habían convertido en cenizas, no quedaba nada de ellos.
Shirou miró a su alrededor, aún aturdido por lo que acababa de suceder. Draco le ofreció una mano amiga, ayudándolo a levantarse mientras evaluaban la magnitud de la devastación que habían causado.
Agradeció internamente que Draco llevase su armadura, ya que de no ser así, el resultado podría haber sido similar al de los demonios. Draco intentó ayudar a Shirou a levantarse, pero este lo detuvo con un gesto.
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LA ESPADA DEL EMPERADOR
RandomUn chico con unos ideales de héroe luego de un gran viaje reencarna en un nuevo mundo desconocido con peligros desconocidos y aliados por venir Será la esperanza del imperio y simplemente será una espada más enterrada en los sueños y esperanzas de...