Capítulo 64

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Narrador Omnisciente

En la cabeza de Henry

—... con las gemelas con su ropa cocida.

—Muy bien. Calcetas en el cajón y suéteres en el armario —ordenó el chico.

La que parecía ser Piper tenía el suéter, así que tenía que ir al armario. Y la que parecía ser Charlotte tenía unas calcetas limpias que tenían estar en el cajón.

Ambas al intentar ir al lugar que las mandaron se chocaron entre sí, esto las dejo un poco confundidas, por lo tanto, intentaron intercambiar sus prendas. No ayudo en mucho, ya que por la ropa cocida no se podían separar.

El chico, quién estaba separando todo, se quedó más confundido que ellas y sin saber que decir siguió ordenando sus cosas.

—Abajo, el escritor tiene problemas pensando en ideas para "El gran meme americano".

En ese instante la cámara enfoco a la cocina donde estaba Ray con una máquina de escribir muy antigua rodeado de intentos fallidos en hojas.

—Esta vez no se me ocurren buenos memes —comentó el adulto.

—¿Qué tal algo con gatos? —Preguntó un señor al frente suyo que se parecía mucho a Schwoz, su mejor amigo.

—Sí, los gatos son lindos —opinó una chica que se parecía a ___.

—¿Qué están haciendo?

—¿Nosotros? —Consultó la pelinegra con rulos.

—Yo solo brillo a este vaso —respondió el mayordomo para después mirar por unos segundos a la cámara que lo apuntaba.

—Mientras que yo le pongo hielo a esta agua de manzana que he preparado con amor —contesto repitiendo la acción de su amigo con el vaso.

—Sí bueno, las referencias a películas viejas me ayudarán a escribir "El gran meme americano".

—Puedes intentar tomar un hacha y destruir la puerta de la habitación de Henry —propuso el adulto elegante.

—Y lastimarlo —terminó la chica mientras que servía un poco de agua de manzana en el vaso brilloso.

—Ah, no sé si deba lastimar a Henry —lo dudo Ray agarrando el vaso.

—Por favor —"insistieron".

—Bueno. Lo lastimaré. ¿Tienen una hacha? —Preguntó mientras que acercaba la bebida a sus labios.

—Tengo esto —respondió el mayordomo mostrándole una guitarra.

—Me sirve —se sincero dejando el vaso en la mesa y después agarro el instrumento.

Este, con la guitarra eléctrica en sus manos, avanzó un poco, hasta que entró en cuenta que la única persona viva era Henry.

—Oye, un segundo. Pensé que estábamos solo en la casa —habló dándose una vuelta para volver a ver a los mayordomos.

Al darse cuenta que no había nadie comenzó a reírse un poco.

—Oh, vaya, en serio me he vuelto muy loco.

El adulto, muy decidido, subió las escaleras que llevaban a las habitaciones.

Por el lado del rubio y las gemelas con la ropa cocida. Ya habían terminado de guardar las cosas, así que ellas decidieron proponerle algo al chico.

—Juega con nosotras, Henry.

𝗡𝗼 𝗺𝗲 𝗰𝗼𝗻𝗼𝗰𝗲𝘀... || Henry DangerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora