Capítulo 7

1.9K 100 54
                                    

Narrador Omnisciente

Llego el domingo. El día más esperado por todo Swellview, y parecía que iba a hacer el mejor.


En la convención

Los cactus abundaban, había de todo tipo, desde unos pequeños hasta el más venenoso en todo el mundo. 

En el lugar también habían muchas tiendas, de comida o de suvenires, con la temática de la convención. Y al fondo del lugar, se encontraba un trono. Ahí se iba a sentar la reina del Cactus Con, Piper Hart.

La puerta principal estaba abierta, las personas podían ver el interior del lugar; sin embargo, gracias a que en cada esquina de la puerta se encontraban oficiales de policías, uno por lado, no podían entrar, ya que sostenían una soga evitando su entrada.

A unos metros, mirando la puerta, estaban Piper, Charlotte y ___. Las mayores estaban dando unos toques al vestido que estaba usando la rubia.

—Escúchenme, escúchenme —habló la menor—. Como la reina del cactus, yo declaro la convención de cactus de Swellview abierta —proclamó Piper, mas nadie le hizo caso.

—Tienes que estrechar tu báculo en el suelo..., mi reina —informo una chica de seguridad.

—Abierta —repitió, pero esta vez golpeando su báculo al suelo.

Siguiente acto, las oficiales soltaron la soga y las personas empezaron a entrar. Entre ellas estaba Kid Danger y Ray Manchester, los dos se encontraban hablando de un tema, que para ellos, era importante.

—Es solo un mortal, ¿si? Solo lo haces. Das vuelta hacía atrás.

—Si, pero, ¿cómo? —preguntó el adulto.

—Es como intentar explicarte como caminar. Solo pie derecho, pie izquierdo y repites —respondió Henry.

—Dar vueltas no es lo mismo que caminar —lo contradijo su amigo. 

—Ah, nop, pero es igual de fácil. 

—Claro que no.

—No para ti, pero para la mayoría sí.

—Hola, chicos —saludo ___, uniéndose a la conversación.

"Hola, ___", "¿qué paso?". Respondieron los dos.

—Es que, no sabía que se conocían, Ray y Kid Danger.

—Ahh. Cierto, cierto. Dispérsense —ordeno el jefe, alejándose de ellos.

—Oye, Ray, cuidado —le advirtió Henry, mirando a su amigo.

—Pero que—

—Te estrellaste con el cactus más venenoso del mundo —dijo la pelinegra, acercándose a él.

—¿Cómo lo sabes? —preguntó Ray, molesto.

—Porque hay un cartel ahí que dice: "El cactus más venenoso del mundo, no se estrellen con él" —leyó el rubio.

𝗡𝗼 𝗺𝗲 𝗰𝗼𝗻𝗼𝗰𝗲𝘀... || Henry DangerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora