Amelia una joven de 22 años estudiante de la universidad introvertida, valiente, optimista y apasionada por el anime, recientemente se obsesiono por una serie de titanes principalmente amando así a un personaje ficticio Levi Ackerman, anhelando esta...
Cuando sientes que tu vida o el rumbo que tomas ya no tiene sentido alguno, tienes que aferrarte a algo o alguien para el camino tenga un propósito. En mi caso me aferro a la vida, probablemente todo lo hacen no queda de otra más para aquellos que salimos fuera de los muros en busca de la libertar, pero claramente esa libertad esta más allá de solo matar los titanes que se crucen en nuestro camino, el problema es hacer entender a todos eso.
Camino al nuevo cuartel donde cabalgábamos con tranquilidad algunos caballos estaba atados a una carretillas donde eran equipamiento, productos del laboratorio de Hange, herramientas para la mano de obra, medicamento o material para cualquier emergencia y claro no debe de faltar los productos de limpieza.
Al acercarnos al nuevo cuartel que parece como un castillo, es muy bonito y todo pero el gran problema es limpiar todo eso y conociendo a ese enano adicto a la limpieza tenemos que limpiar todo de hoy para hoy, así que no se descansa. Al llegar al nuevo cuartel Erd se sentó en una escalón mientras que Petra estaba parada a un lado de él, Eren se bajo de su caballo para quitarle las riendas.
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Yo en cambio me baje de mi caballo tome su riendas y me dirigí a unos corrales para dejarlo ahí, tome mis cosas para adentrarme tan sólo basto con pisar el lugar para levantar polvo, delante de mi estaba Levi dándome la espalda supongo que esta analizando este lugar o bien maldiciendo a todo los dioses por lo sucio que esta. Detras de mi iban entrando los demás.
—Nadie descansara hasta que este maldito lugar quede limpio.—se giro para vernos.—Se les asignara áreas para que las limpien.
—Si capitán.—dijeron todos al mismo tiempo, todos menos yo.
Salí de ese lugar para dejar mis cosas nuevamente en mi caballo para ser remplazado por una escoba y trapos para limpiar. Todos se pusieron un paño blanco en la boca para evitar respirar el polvo yo me puse uno también en mi cabello no me quiero bañar hoy. A mi me toco limpiar la cocina y el comedor a comparación del otro cuartel este está más amplio por lo que implica el doble de trabajo, hasta eso el escuadrón de Hange no se escapo de limpiar.
No se cuantas horas eh estado puliendo el comedor, pero al ver como lo deje me siento orgullosa de mi ardo trabajo limpie el sudor de mi frente con la manga de mi camisa.
—Nada mal mocosa.—mire hacia mi derecha para verlo como entraba mirando cada rincón.—Admito que sabes limpiar bien.
—Me esforcé para dejar este lugar limpio.—me encogí de hombros quitándome el paño de la boca.
—El chico titán también sabe limpiar bien.
—Yo le enseñe, ese muchacho me llena de orgullo.—empuñe una mano y la subí hasta la altura de mi mentón.
—Ere rara.—este infeliz...
—Tu no eres muy normal después de todo.
—¡Navier!—entro corriendo Hange con una sonrisa que asusta.—Al fin te encuentro, te eh estado buscando por todo el lugar hasta perderme.
