Amelia una joven de 22 años estudiante de la universidad introvertida, valiente, optimista y apasionada por el anime, recientemente se obsesiono por una serie de titanes principalmente amando así a un personaje ficticio Levi Ackerman, anhelando esta...
Lo único que recuerdo fue a Levi que me sostenía en sus brazos sacando de sus garganta un grito doloroso, de ahí en más no recuerdo nada. Era como si mi cuerpo el cual sentía muy ligero y alma estaban en un cuarto oscuro con la incertidumbre de que reencarné en otro cuerpo, el tiempo que estoy aquí en ese cuarto oscuro se me hacía eternos, mi miedo era precisamente haber muerto como Navier, no quería... tenía todavía mucho por hacer.
En algunas ocasiones muy a lo lejos escuchaba su voz, era diferente, no era aquella voz ronca y algo gruesa o en ocasiones áspera, sino era baja y débil, hablándome y llamándome una y otra vez. Buscaba por todos lados donde provenía la dirección de esa voz tan familiar para mi, pero no daba con ella.
Las ganas de llorar se acumularon, pero de mis ojos no salía ninguna lágrimas, quería salir de aquí pero por más que caminaba no encontraba la salida.
—¡AYUDA!—grite con todas mis fuerzas con la esperanza de qué alguien me escuchara.—¡LEVI AYUDA POR FAVOR! ¡ESTOY AQUÍ!... ¡LEVI!
Me deje caer de rodillas, mirando hacia arriba invadido por la oscuridad como todo a mi alrededor ¿así es morir? Estas en la nada, vagando sin encontrar nada dejando que la locura, desesperación, ansiedad se acumulen cada vez y te consuman poco a poco.
—Levi...
En mi cabeza sólo aparecieron cada momento vivido a su lado, cada golpe, cada insulto, cada mentada de madre... pero también, cada caricia que me quema la piel con la intención de memorizar cada parte de mi cuerpo, cada beso que provocaba que lo demás dejada de existir, nuestras conversaciones por las noches ya sea en la cama o en la bañera, el como se fue abriendo conmigo dejándome ver una parte de él que no conocía y que nadie más conoce sólo yo, memorice cada expresión de él, cuando esta normal, cuando quiere mandar todo al carajo, el desagrado de ver algo sucio, su cara de asco por ver a alguien que no le agrada, la perdida de paciencia hacía sus subordinados pero, también reconocían cuando me miraba transmitiéndome mas de un sentimiento, la tranquilidad de estar juntos...
Maldita sea, no quiero perderlo por favor no... no quiero morir, no ahora que lo tengo a mi lado, que nos falta mucho por vivir juntos.
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Agarre mi cabello con tanta desesperación, jalándomelo sin medir la fuerza. Quiero salir de este maldito lugar, no quiero morir... no quiero por favor no. Muy a lo lejos vi una tenue luz, me rasque mis ojos para corroborar que era verdad y efectivamente, sin pensar dos veces corrí lo más rápido que puede hacía la dirección de esa luz, el cuál parecía un espejismo por mas que corría no llegaba a ella, de nuevo apareció esa sensación... aquella que sentía antes de morir como Amelia, un deseo. Ese deseo de salvarlo, de protegerlo, de amarlo me invadió por completo cada entraña de mi y fue entonces que las lágrimas resbalaban por mis mejillas, mi corazón se aceleraba cada vez más como si hubiera corrido mas de un maratón, pero sobre todo esa luz me encandilaba un poco cada paso que daba. Estire un brazo sabía que no iba a tocar nada pero era tan grande mi necesidad de llegar de despertar y saber si sigo siendo Navier, si sigo siendo yo.
