Amelia una joven de 22 años estudiante de la universidad introvertida, valiente, optimista y apasionada por el anime, recientemente se obsesiono por una serie de titanes principalmente amando así a un personaje ficticio Levi Ackerman, anhelando esta...
Al llegar al distrito Trost me dirigí principalmente al hospital para buscar a la loca de Margot tenia algunas dudas de lo que leí en ese diario quiero respuestas claras no a medias y se que ella me puede ayudar en algo. Entre al hospital sin saludara a nadie no tengo tiempo para eso, tome el pomo de la puerta de su consultorio y la abrí de golpe, tal parece que ella estaba atendiendo a alguien precisamente a una señora ya grande no tiene caso que sea atendida, esta a tres pasos de la tumba después de todo.
—Largo, necesito hablar con ella.—le dije a esa anciana que me miro con ojos de miedo.
Se levanto de la silla tomo la receta medica que se le habia dado y paso a un lado de mi con pasos acelerados aunque para mi eran lentos, cuando vi que salió cerré la puerta con seguro camine hacia su escritorio para sentarme en una de las sillas de enfrente.
—¿Qué mierda te pasa Levi?—su voz era de molestia.—No puede llegar asi y correr a uno de mis pacientes.
—Al fin de cuentas no le falta mucho a esa vieja anciana para morir.
—Eres un cabrón de primera... ¿Qué mierda quieres?
—Ambos tenemos a alguien en común que de cierto modo nos importa.—me miro alzando una ceja.—Quiero que la ayudes.
—Espera.—levanto ambas manos hacia enfrente.—Así no es como funciona esto sabes, la persona tiene que venir voluntariamente no a fuerzas.
—Lo se Margot no soy estúpido.—suspire.
Me guste o no le tuve que contar todo lo que se de ella, empezando desde que llegue al subterráneo hasta llegar al distrito Karanese. No me gusta contar las cosas, siempre soy reservado y solo cuento lo superficial guaraúno algunas partes, pero todo el jodido enredo de su pasado hace que me duela la cabeza algunas piezas van quedando claras otras siguen distorsionadas.
La loca estaba apoyando su cabeza en sus manos las cuales estaba apoyadas en su escritorio, tal vez procesado todo lo que le he comentado.
—Diría que es una puta broma o mentira, pero se que tu no sabes lo que son las bromas y nunca mientes.—dejo de ocultar su cabeza de sus manos.—Si todo esto es verdad ¿por qué ella no se percato de eso? no concuerda algunas cosas...
—Acaso no pusiste atención a lo que te dije. Mierda Margot que tienes en las putas orejas ¿lodo acaso?—cruce mis brazos.
—Ja- ja... dices que el padre medio vivo, si hablan de Navier se pone mal cierto.
—Me esta desesperando hablar contigo.—cerré los ojos y me toque la cien.—Si, cuando mencione su nombre no paraba de decirlo, lo que no pareció es que empezó a decir "ella es otra persona"
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—¿Por qué diría eso?.
—Al leer su diario, de cierto año lo menciona.—ella me miro sorprendida.—Menciona que no sentia a su hija igual que antes, que veía en ella otra persona pero con el cuerpo de su hija.