≪•°Desire To Protect You°•≫

Capítulo 30 | Recuerdos... |

Levi POV

Al entrar al local encontrándome con pilas de libros perfectamente acomodados y en orden, algunos por las letras del abecedario otros por colores, mesas pequeñas a los costados y estantes de libros repletos de ellos, seguí caminando hasta llegar al vestíbulo del otro lado un señor canoso me daba la espalda.

—Ey tu.—volteo con calma para verme, señor alto canoso con barba y bigote larga y unos pequeños lentes que adornaban sus grandes ojos verdes.

—¿Sí?

—Iré al grano. Supe que usted saco a una persona del subterráneo.

—No sé de qué me esta hablado joven.—me dio la espalda nuevamente.

—Escuche, no vengo a detenerlo ni nada por el estilo, eso lo hace los perros de la policía militar.—seguia dándome la espalda.—Lo que quiero es saber quién fue esa persona que saco y en donde está ahora.

—En verdad joven, no tengo ni la más minia idea de lo que me está diciendo.

Este viejo me está desesperando, lo intente por las buenas ahora lo hare por las malas. Pegue un brinco para cruzarme del otro lado del vestíbulo, saque una de las cuchillas colocándola cerca de su cuello.

—Lo repetiré por segunda vez.—el cuerpo del viejo se tensó al sentir ese metal frio en su cuello.—Quien fue la persona que saco y en donde mierdas esta ahora.

—De acuerdo... se lo diré, pero por favor baje esa cuchilla.

Quite la cuchilla de su cuello y la guarde como me pidio, espere a que me dijera algo.

—Ese día yo fui al subterráneo a dejar unos libros que se me habían pedido para el acalde de ese lugar u otros más para el hospital.—no pedí una explicación aun así me la dirá.— Cuando deje esos libros, camine hacia la entrada pero antes de llegar escuche a alguin quejándose o más bien agonizando en dolor, seguí caminando ignorando eso pero dicha persona pedía ayuda. Entonces caminé hacia donde provenía esas agonías, lo que vi me dejo perplejo...

Camino hacia la entrada del local para cerrarla, volvió hacia mi dirección dándome la seña de que lo siguiera, caminaba detras de ese viejo.

—Me encontré con una persona tendida en el suelo boca abajo agonizando de dolor, me daba miedo acercarme pero aun asi lo hice.—pasamos una puerta que tenía, adentrándonos a lo que vendría siendo su casa.—Cuando voltee a esa persona quede más impactado... su cuerpo quemado casi en su totalidad, no supe que hacer pues esa persona seguia con vida, corrí a la entrada a pedir ayuda.

Se callo de repente, subimos unas escaleras que guiaban a un pasillo con algunas puertas a los costados.

—¿Qué paso después?

—Les dije que esa persona era un familiar mío, no me creyeron, pero cuando vieron el estado en el que estaba no les quedo de otra que ayudarme. Supongo que para esa persona el trayecto del subterráneo hasta el distrito fue una tortura eterna.—nos detuvimos en una puerta.—Cuando llegamos fue atendido inmediatamente, todos dijeron que fue un milagro que sobreviviera, aunque el estado en el que quedo...

—Esa persona que menciona ¿esta detras de esta puerta?—el viejo asintió.

—Debo advertirle que su estado no es algo grato de ver, además que sufre delirios.

—¿Quién cuida de esa persona?

—Una enfermera que se compadeció, lo hace voluntariamente.

—De acuerdo.

Tome el pomo de la puerta, suspire girando y adentrarme a ese cuarto. El cuarto estaba iluminado por dos ventanas ambos lados con cortinas blancas, el olor del cuarto era como oler un hospital a mi derecha estaba una cama ahí postrada una persona cubierta de vendas en todo su cuerpo, poco a poco me fui acercando y fue entonces que me percaté que le faltaba la pierna derecha, parte de su rostro estaba vendado la poca piel que se veía era carne viva expuesta sus ojos permanecían cerrados, tenía un suero conectado a lo que quedaba de venas de su antebrazo.