Amelia una joven de 22 años estudiante de la universidad introvertida, valiente, optimista y apasionada por el anime, recientemente se obsesiono por una serie de titanes principalmente amando así a un personaje ficticio Levi Ackerman, anhelando esta...
Después de haberle dicho eso al soldado más fuerte de la humanidad, no volví a pararme en el hospital o en sus brigadas. En cuento a mi vecina esta bien, no le paso nada, despertó dos días después ya la daban por desaparecida. Obviamente yo no dije nada de dónde podría estar, para no levantar sospechas de mí aunque todos pensaron que se fue con algún hombre, creo que deje remojando mucho el trapo en el experimento que hice.
Estaba sentada en el techo de la casa viendo el paisaje, aquí todo era verde y fresco no existía la contaminación pero lo que si existía eran esas enormes murallas que nos privaban de la libertad o mas mejor dicho protegernos de esos titanes, por hoy termine las tareas que me tocaban que eran limpiar la cocina y mi recamara al igual que desgranar el maíz, Mirana siempre se burlaba de mi por cargar a todos lados con mi morral, pero lo hago porque dentro están las únicas cosas que mis papás me dejaron los libros de mis papás, las recetas de mi mamá y los antídotos que hacia mi papá también al igual que las hierbas que no se encuentran aquí y solo se encontraban en el subterráneo.
La tarde estaba apareciendo en este distrito, hace unos días llegaron una tropa de exploración a esta distrito lo cual fue un total caos, tuvieron muchas bajas de soldados claramente el capitán de ese escuadrón se sintió muy incompetente, no lo culpo porque en realidad si lo es.
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—¡Navier baja para preparar la cena!—Mirana me grito yo la mire.
—Enseguida voy.—ella asintió y se metió adentro de la casa.
Suspire y me levante, pero al hacerlo un rayo cayo afuera de las murallas haciendo que todo mi cuerpo se paralizada, el miedo me invadió completamente.
—¡Mierda No! en que momento perdí la noción de las cosas.—agarre mi cabeza con mis manos.
Vi claramente como el titan colosal aparición afuera de la muralla un enorme tintan de 60 metros cubierto de vapor y carne viva, mis piernas flagelaban, un fuerte estruendo resonó en todo el distrito provocando que cayera del techo, cayendo en un montón de cajas vacías. Rápidamente me levante, veía como una multitud de personas corrían y se la razón ya que varios titanes normales entraron a la muralla.
—¡Joder!
Corrí hacia la casa para sacar a Mirana de ahí pero ella ya no estaba dentro, entre al cuarto tomando la capa larga vieja que tenia para colocármela. Antes de salir de la casa un titan caminaba comiendo las personas a su paso evitando que yo saliera, maldición que hago ahora, gritos de personas pidiendo ayuda pero quien los puede ayudar si la tropa de elite del equipos de exploración salieron a una misión fuera de las murallas, seguía sin salir de la casa hasta percatarme de que no había titanes cercas, asome mi cabeza viendo el distrito echo mierda.
Note que un soldado muerto portaba su equipo de maniobras tridimensionales, me acerque sigilosamente para ver cuanto gas le quedaba.
—Que inútil en verdad.—el gas estaba completamente lleno, bueno lo que uno se encuentra ya es suyo.
