≪•°Desire To Protect You°•≫

Capítulo 76 | Cartas |

Decir "Adiós" es una palabra fácil, pero llevarla a cabo es algo difícil de hacer, y, sobre todo, cuando ese adiós significa, dejar atrás momentos buenos o malos. Lo que duele no es el hecho de que alguien muera sino la ausencia de esa persona, todos estamos predispuestos a morir en algún punto de nuestras vidas, pero, lo que no estamos preparados es sobrellevar esa ausencia y es la que más pesa.

Miraba el bulto de tierra sabiendo que debajo de ella está la caja donde Margot descansa ahora, pase mi mirada a la lápida que se le hizo en ella está grabado su nombre completo, lo que fue y un pequeño mensaje sin dejar de lado el año en que falleció. Alzando mi rostro, enfrente de mi estaba toda su familia, compañeros de trabajo y amistades, todos ellos llorando desconsoladamente, de mi lado estaba algunos soldados de la legión asi como otros más de la policía militar, tropas de guarnición y personas que pertenecen a la corte. Cada uno de ellos solo reflejaban una mirada triste.

El cielo reflejaba el sentir de muchos, la ceremonia concluyo con unas palabras de agradecimientos de los padres de Margot ante eso cada persona se fue retirando hasta dejarme a mi completamente sola, mis pies pareciera que no querían moverse de ese lugar. Me costaba creer que ella ya no está aquí en esta miserable vida terrenal, pero, me siento satisfecha la saber que paso su ultimo día feliz o al menos eso era lo que ella reflejaba.

Dos días después de habernos enterado de lo que realmente tiene, hicimos ese viaje para que ella lograra ver el mar. Lo hizo, y le fascino esa noche... su corazón dejo de latir, en sus brazos yacía su pequeño hijo dormido, ver esa escena me partió el corazón. Cuando regresamos al distrito su familia se enteró de Margot habia muerto, Leo se encargó de explicarles las causas, esa noticia se esparció en todo el distrito hasta llegar al muro Sina.

Se sabía que Margot era doctora de cabecera de la realeza, y de muchos más que trabajaban para el rey ahora la reina.

Una ola de recuerdos me invadió, cada momento que viví a su lado aparecieron de repente desde que la conocí hasta la caminata que tuvimos en el mar, no pude contener ese jodido nudo en la garganta. Me senté en la parte trasera de su tumba recargando mi espalda en la lápida, abracé mis piernas ocultando mi rostro en ellas.

—Porqué...

El sollozo paso a un llanto de dolor, lloré lo que en dos días no lo hice. No pude hacer nada por ella, simplemente deje que muriera por alguna extraña razón me siento culpable, si al menos hubiera observado mejor sus síntomas, si hubiera estado más atenta de ella, tal vez, solo tal vez ella seguiría con vida.

—Navier.

Levante mi rostro, sentia los ojos hinchados. Fue en ese momento que noté que la tarde se hizo presente estuve mucho rato aquí sentada.

—Vine por ti, regresemos a la legión.

Levi extendió una de sus manos hacia mí, yo simplemente la mire. Y de nuevo las lágrimas salieron de mis ojos, pese a que Levi no le agradaba Margot acepto ir con nosotros en esa ocasión. Vi cómo se hinco a mi altura para rodearme con sus brazos, yo lo abrace soltando en llanto Levi no decía nada, permanecía callado acariciando mi cabello con una de sus manos, duramos así otro rato más.

—Se que esto te duele, creme que te entiendo perfectamente. Recuérdala como siempre fue ella, vive lo más normal posible ella no querría que te pusieras mal por su muerte.

—E-ella... ella ya no está Levi. —dije entre llanto.

—Lo sé cariño. Tuvo que partir de este mundo.

—Y-yo... no hice n-nada para evitarlo. —dije entre sollozos.

—No eres dios Navier, hay cosas que no estan en tus manos evitarlas. La muerte de ella no estaba en tus manos ni en la de nadie, su enfermedad la mato.