CAPÍTULO 19. Una nueva oportunidad

256 8 1
                                        

La puerta de mi habitación volvió a interrumpir mis pensamientos. Era Harry. Me incorporé y me senté al borde de la cama; él hizo lo mismo, quedándose justo delante de mí.

—Mel... ¿puedo hablar contigo? Has pasado toda la tarde aquí encerrada. No has salido ni un segundo. Me preocupas, ¿qué te pasa? —preguntó con la voz suave, pero cargada de inquietud.

—Estoy pensando en todo un poco. Hoy no tenía ganas de salir de la habitación. Pero gracias por preocuparte por mí —respondí, esquivando su mirada. No podía confesarle lo que realmente pasaba por mi cabeza; no tenía valor.

Harry suspiró, como si ya supiera que me estaba escondiendo.

—Entiendo que hay algo que no quieres contarme —se inclinó un poco—. Te conozco mejor que nadie, Melian. Me imagino lo que está rondando por tu cabeza.

Me sorprendió, aunque no lo demostrara demasiado.

—No lo sé, Harry. Es difícil —dije bajando la mirada.

Él se pasó una mano por el pelo, frustrado.

—He venido a pedirte perdón —confesó al fin—. No debí reaccionar así. Solo es que... me importas muchísimo. Y todo lo que pueda pasarte me preocupa. He estado pensando y... cuando te veo abrazarlo, o riéndote con él... lo entiendo todo. No puedo luchar contra ello. Aunque Draco no me caiga bien, aunque sea... como es, sé que contigo no lo es. Y me he dado cuenta de que él también hace mucho por ti. Te cuida. Si de verdad quieres estar con él, Mel... yo te voy a apoyar.

Sentí que algo en mi pecho se aflojaba. Lo abracé sin pensarlo; parecía que sabía exactamente lo que necesitaba o quizá él también lo necesitaba.

—Gracias, Harry. Esto... esto es muy importante para mí.

—Lo sé. Por eso me siento tan mal por cómo te hablé. No debí hacerlo. Lo siento de verdad —insistió.

—No te disculpes tanto. Yo sé que siempre vas a mirar por mí... aunque tu reacción sea de un gilipollas —bromeé para aliviar la tensión. Los dos reímos.

Harry tomó aire y, antes de levantarse, murmuró:

—Te quiero mucho, Melian. No lo olvides nunca.

Se inclinó y me besó la frente con un cariño que pocas veces dejaba entrever.

—Yo también, Harry —respondí.

—Me voy ya —dijo de pie, poniendo cara de asco teatral—. Me está dando urticaria estar en esta casa.

Reímos otra vez.

—Está bien —dije, levantándome para abrazarlo una vez más.

Me sorprendió: no solía dar tantas muestras de afecto. Supongo que él también necesitaba desahogarse. Me apretó fuerte antes de marcharse. Aprecié muchísimo que viniera, que se disculpara y que luego me dejara sola. Sabía mejor que nadie que eso era justo lo que necesitaba.

Cuando la puerta se cerró, me tumbé boca arriba en la cama.

Con la confesión de Harry ya estoy más tranquila. ¿Qué es lo peor que puede pasar?
Si quiero probar... solo tengo que intentarlo. Si funciona, genial. Si no... tampoco pasará nada.

Y lo decidí.

Quería darle una oportunidad a Draco. A lo nuestro. Al amor.

Sé que no me costó demasiado llegar a esa conclusión, pero realmente... lo único que me frenaba era Harry. Una vez calmada su reacción, y con mis sentimientos tan a flor de piel, ¿qué más quedaba por pensar?

𝔹𝔸𝕁𝕆 𝔼𝕃 𝕄𝕀𝕊𝕄𝕆 ℍ𝔼ℂℍ𝕀ℤ𝕆 ||(+18) Draco Malfoy, Melian Y Mattheo RiddleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora