𝔹𝔸𝕁𝕆 𝔼𝕃 𝕄𝕀𝕊𝕄𝕆 ℍ𝔼ℂℍ𝕀ℤ𝕆 ||(+18) Draco Malfoy, Melian Y Mattheo Riddle

54. Un dia tranquilo

Narrador omnisciente

El sol se filtraba por la cortina verde esmeralda, cálido, silencioso, ajeno al caos de la noche anterior.

Melian abrió los ojos despacio.

Primero sintió el peso del brazo de Draco sobre su cintura.
Luego, el calor de su cuerpo pegado al suyo.
Después, el leve movimiento de su respiración en su cuello, tranquila, profunda... vulnerable.

Por un momento no recordó nada.

Hasta que lo hizo.

Sus labios.
Su piel.
Su nombre escapando de su boca como si fuera plegaria.
Y ese "te quiero" que se le había escapado del alma antes incluso de entenderlo.

Draco durmió profundamente, como hacía tiempo que no lo hacía.
Parecía un niño.
Sin tensiones.
Sin rabia.
Sin esa dureza que siempre llevaba como armadura.

Melian no pudo evitar sonreír.

Le acarició el pelo con cuidado, como si temiera romper el momento.
Él hizo un pequeño ruido, un sonido suave que jamás admitiría haber hecho, y se acurrucó más.

—Cinco minutos... —murmuró, medio dormido.

—No he dicho nada —susurró Melian.

—Lo sé —repitió él, con la voz ronca de recién despertado—. Pero lo he sentido.

Abrió los ojos.

Grises.
Claros.
Aún un poco nublados por el sueño, pero cálidos.
Infinitamente cálidos.

Se inclinó y le dio un beso lento, delicado, tan diferente al de la noche anterior que casi la desarmó más.

—Buenos días —dijo Draco, rozándole la nariz.

—Buenos días.

Él la miró, la observó como si estuviera asegurándose de que seguía ahí, de que lo de anoche no había sido un sueño.

—¿Estás bien? —preguntó.

Melian asintió.

—¿Y tú?

Él la abrazó fuerte, escondiendo la cara en su cuello.

—Hace mucho que no estaba así —admitió—. En paz.

Ella le sonrió sin decir nada.
Y Draco, por primera vez en días, no tuvo prisa por levantarse.

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Sus amigos los vieron llegar juntos, demasiado juntos.

Daphne levantó una ceja.
Artemisa sonrió apenas.
Todd silbó.
Archie fingió aplaudir.

—Bueno, bueno, bueno... —canturreó Todd—. Llegan tarde. Y juntos. Muy juntos.

Melian rodó los ojos.
Draco le lanzó una mirada asesina que solo empeoró la situación.

—Estudiamos —mintió Draco.

—¿Por qué lo dices como si fuera un crimen? —preguntó Archie.

—Porque vosotros lo tratáis como uno —resopló Draco.

Eduard, sin intervenir, solo observaba.
Como siempre.
Pero Melian captó algo extraño en su mirada.
Como si supiera.
Como si hubiera leído algo en el aire.

Eduard siempre lo leía todo.

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Esa mañana, el Profesor Slughorn anunció que un pequeño grupo tendría una "sesión avanzada opcional".