No pude evitar reír a carcajadas, una risa limpia que me sacudió los hombros, y Draco también empezó a reír mientras recogía su varita del suelo. Poco a poco, la gente fue dispersándose, las miradas curiosas apagándose, y estábamos a punto de irnos cuando vi aparecer a Harry y Hermione caminando hacia nosotros con paso decidido.
—Nos acabamos de enterar de tu castigo —dijo Harry, clavando su mirada seria en Draco.
Draco retrocedió instintivamente hasta donde el brazalete se lo permitió, y agradecí que lo hiciera. No quería hablar con Harry y Hermione teniendo a Draco respirándome en la nuca, y menos cuando entre ellos hay una guerra eterna... y entre Draco y yo, una montaña rusa emocional.
Pero aun así, no esperaba que se quedara escuchando desde la distancia.
—Lo siento mucho —dijo Hermione con un tono de genuina preocupación—. ¿Cómo lo llevas?
—Bien —respondí con un suspiro—. Tenemos nuestros momentos, pero creo que esto terminará rápido. No creo que nos dejen más de un día así.
—¿Y de cuánto es el castigo exactamente? —preguntó Harry, frunciendo el ceño.
—No nos lo han dicho —contesté—. Solo que lo retirarán cuando "lo consideren conveniente".
—¿Y no te da miedo que decidan que ese tiempo sea más largo? —intervino Hermione con su típica lógica implacable.
—Sí, pero... dudo que Snape sea tan cruel. ¿No? —pregunté, buscando respaldo en ellos.
Ninguno respondió.
Ese silencio decía todo.
Miré de reojo hacia Draco. Estaba apoyado contra la pared, brazos cruzados, mirando a todas partes como si fuera alérgico a estar quieto. Una chica se acercó a hablarle, pero aparté la vista antes de fijarme demasiado. No lo había mirado por ningún motivo concreto; simplemente fue un gesto automático.
Hermione interpretó mal mi silencio.
—No te preocupes, Melian. Estamos contigo para lo que necesites. Al menos no tenéis que estar pegados pegados... podéis moveros un poco separados —dijo con voz suave.
La miré con ternura. Si supiera que ese no era el problema...
Volví a mirar a Draco. Su expresión había cambiado: se veía tenso, incómodo, casi irritado... y no supe si era por la chica o por la situación en general.
—Creo que debería volver con él —mentí con soltura—. Tenemos que hacer un trabajo que también nos mandaron. Lo bueno es que más o menos lo conozco bien... éramos muy buenos amigos.
—Vale, si necesitas lo que sea, búscame —dijo Harry inclinándose para darme un beso en la frente.
Últimamente lo hacía mucho.
Normalmente no me gustan los besos, ni los gestos demasiado afectuosos. Pero cuando Harry lo hacía... se sentía distinto. Cálido. Seguro.
Hermione sonrió.
—Búscanos —corrigió Hermione a Harry con un leve empujón—. Y... aún no sé cómo pudiste ser amiga de él. Te deseo suerte.
Nos despedimos y me dirigí hacia Draco, que ya me estaba mirando como si llevara esperándolo media vida.
—Ya era hora —me reprochó.
—Perdón —contesté con desgana.
—Ven. Vamos a hacer algo que se me acaba de ocurrir —dijo con entusiasmo repentino.
—¡Verás! —exclamé entre risas, sin fiarme ni un pelo.
Mientras caminábamos noté murmullos, cuchicheos y miradas clavándose en nosotros. Era normal: los brazaletes brillaban como si anunciaran al mundo entero nuestro castigo.
ESTÁS LEYENDO
𝔹𝔸𝕁𝕆 𝔼𝕃 𝕄𝕀𝕊𝕄𝕆 ℍ𝔼ℂℍ𝕀ℤ𝕆 ||(+18) Draco Malfoy, Melian Y Mattheo Riddle
РомантикаMelian es una chica de corazón fuerte y oscuro que no le abre a mucha gente, ella es muy guapa y poderosa y junto a Harry tienen un pasado desastroso. Mientras crecen, Draco un chico de la escuela, molesta mucho a Melian haciendo que no se lleven bi...
