Habíamos dejado dejado a severus muy delante, él no quería ni vernos, su paso era mucho más rápido que el de nosotros.
El rubio estaba paralizado, de pie, solo sus piernas se movían, con la mirada en el suelo como si lo hubieran petrificado. Tenía las manos temblorosas y los ojos vacíos. Parecía un niño que acababa de descubrir que las pesadillas también existen con la luz encendida.
Yo... no podía estar quieto.
Caminaba de un lado al otro.
Respiración acelerada.
Corazón desbocado.
Mis manos en el pelo... otra vez.
Ya lo tenía despeinado, enredado, arrancado en algunos mechones.
No podía controlar nada de lo que sentía.
La imagen de Melian cayendo.
La sensación de su cuerpo frío.
El peso muerto en mis brazos.
El estremecimiento eléctrico recorriendo su piel.
Y su cabeza apoyándose en mi hombro, sin respuesta.
Todo eso me estaba matando.
Draco seguía sin mover nada que fueran sus piernas.
Ni parpadeaba.
—¿Vas a quedarte ahí haciendo el cadáver o piensas respirar alguna vez? —escupí.
No por provocarlo.
No porque quisiera pelea.
Porque no soportaba el silencio.
El silencio significaba volver a ver la escena en mi cabeza.
Él alzó la vista.
Lento.
Muy lento.
—Cállate —susurró.
—No —respondí, porque era lo único que sabía hacer—. No pienso callarme.
Él apretó los puños.
—Tú... tú le hablaste... la confundiste... —su voz temblaba, rota—. Tú provocaste todo esto.
Solté una carcajada breve, seca, vacía.
—¿Quieres culparme? Claro. Hazlo. Te encanta evitar mirarte al espejo.
—Tú eres el problema —gruñó Draco.
—Yo no lancé un hechizo contra mi propia novia —contesté, venenoso—. Eso lo hiciste tú.
Sus ojos se llenaron de rabia. Y culpa.
Una mezcla interesante.
—Fue culpa tuya, el hechizo era de los dos, si solo hubieras dejado que te diera—insistió, dando un paso hacia mí—Estarías TÚ en enfermería y no ella— hizo una pausa para respirar, su pecho se movía como si se fuese a romper—La estabas manipulando.
—Estábamos hablando —repliqué—. No me gusta Melian, y yo a ella tampoco— Dije y a mitad de frase me atraganté, como si me hubiesen quemado la garganta esas palabras—. Ni siquiera la había tocado.
—Tu presencia la jode —escupió.
—¿Y la tuya no? —sonreí, ladeando la cabeza—. Venga, Malfoy, di la verdad por una vez en tu maldita vida: te mueres de miedo porque sabes que no eres suficiente para ella.
Draco retrocedió un paso.
Como si le hubiera dado un puñetazo.
—No hables de lo que no sabes —susurró.
—Lo sé todo —mentí, pero sonó convincente—. Sé que cuando Melian me mira a mí, tú dejas de respirar.
Él tragó saliva.
Su respiración se agitó.
—Si algo le pasa a Melian... —Draco levantó un dedo tembloroso apuntándome—. Te juro que...
—¿Que qué? —di un paso más cerca, hasta quedar a pocos centímetros de él—. ¿Me matarás? ¿Otra vez? ¿Como intentaste hace unos minutos? ¿Quieres repetirlo ahora? Sin ella para detenerte, seguro te va mejor.
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𝔹𝔸𝕁𝕆 𝔼𝕃 𝕄𝕀𝕊𝕄𝕆 ℍ𝔼ℂℍ𝕀ℤ𝕆 ||(+18) Draco Malfoy, Melian Y Mattheo Riddle
Любовные романыMelian es una chica de corazón fuerte y oscuro que no le abre a mucha gente, ella es muy guapa y poderosa y junto a Harry tienen un pasado desastroso. Mientras crecen, Draco un chico de la escuela, molesta mucho a Melian haciendo que no se lleven bi...
