𝔹𝔸𝕁𝕆 𝔼𝕃 𝕄𝕀𝕊𝕄𝕆 ℍ𝔼ℂℍ𝕀ℤ𝕆 ||(+18) Draco Malfoy, Melian Y Mattheo Riddle

CAPÍTULO 14. Mortifago

—Chicos, no se os entiende una mierda si habláis todos a la vez —dije riendo, medio saturada.

—Sí, por favor, callaos un segundo —añadió Hermione, agotada—. Mel, sentimos muchísimo todo lo que pasó. Solo queríamos darte una sorpresa... llevábamos muchos días sin tenerte cerca por el castigo.

—No es vuestra culpa, de verdad. Nadie podía saber lo que iba a pasar —respondí, sincera—. Gracias por preocuparos tanto por mí.

Me contaron lo que recordaban del susto, lo asustados que estaban... y que, aparentemente, ¡había estado dormida un día entero!

—Sí —rió Harry—. Y lo mejor fue ver a Draco durmiendo en esas camillas incómodas.

—Pobrecito —añadió Ginny, divertida—. No puso ni una pega. Pero tranquila, no estuviste dormida por ti sola: Pomfrey te dio unas pastillas de regeneración rápida muy potentes. El efecto secundario es dejarte KO.

El tema se fue apagando y terminamos de comer entre risas. Pero nos quedamos hablando un rato más... hasta que alguien me tocó el hombro.

Draco.

Estaba detrás de mí, serio, mirándome como si necesitara decirme algo urgente. Hermione se quedó callada también, siguiéndolo con la mirada.

—Esperame solo un segundo más, ¿vale? —le pedí.

—Vale —respondió, pero sus ojos soltaron chispas hacia mis amigos.

Harry no tardó ni dos segundos en aprovechar.

—Entonces... ¿volvéis a llevaros bien? —preguntó.

—Sí —le respondí.

Harry suspiró, resignado.

—Sé que no es asunto mío, y que es tu decisión... pero ten cuidado. Draco no es buena persona.

Me dolió un poco, porque siempre confié en Harry. Era como un hermano para mí. Y sé que él y Draco empezaron mal... y que Draco antes era un niño malcriado y arrogante. Pero yo había visto algo más.

—Bueno, Hermione, ¿qué ibas a decir? —corté el tema, esquivando a Harry.

—Ah, sí. He escuchado que va a entrar una alumna nueva. Y es raro. Muy raro. No puede entrar nadie con el curso ya empezado.

—¿Estás segura? —preguntó Cho.

—Segura de que entra alguien, sí. Segura de que es chica... no. Simplemente lo he supuesto.

—Hasta que no llegue, no podemos saber nada —dije levantándome—. Nos vemos luego, chicos.

Caminé hacia Draco, que me esperaba a pocos metros, apoyado en la pared.

—Tenemos que ir a la enfermería —dijo, serio.

—¿Por qué?

—Revisión.

El camino fue silencioso. Él iba tenso, pensativo. Yo... también.

En la enfermería, Draco se quedó fuera. Creí ver a Snape llegar por el rabillo del ojo, pero no le di importancia.

Madame Pomfrey me examinó y dijo que el proceso de curación iba lento, pero estable. Que en uno o dos días estaría lista.

Cuando fui a salir... escuché voces al otro lado de la puerta. Me quedé quieta, sin mover el pomo.

—¿Nada? —preguntó Snape, con su tono grave.

—Nada. Ni yo ni mis amigos hemos visto a nadie —respondió Draco.