Enzo • Jueves 2 de Marzo de 2023

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Mientras estaba riéndome se me volvió a cruzar por la cabeza qué mierda hacía Haaland ahí. Julián ya me lo había dicho, pero era muy raro que lo hubiera llevado hasta nuestra casa solo para conocer al perro.

—¿Cenaron? —pregunté para hacerme el que no pasaba nada.

Juli negó con la cabeza mientras agarraba a Fernet de los brazos del otro para que estuviera un poco en el piso.

—Voy a preparar algo —dije antes de irme a la cocina.

Tenía que distraerme. Porque no quería enojarme, pero se me estaba haciendo complicado. Más pensando que yo tampoco tenía mucho derecho a nada después de la semana que había pasado y de lo de Lisandro. De esto último había estado pensando en decírselo a Juli cuando volviera a verlo. Me estaba pesando demasiado en la consciencia y además no quería ocultarle nada. No tenía ganas de que nuestra relación fuera de ese tipo.

Al ratito, cuando estaba con las manos sucias cortando unas verduras, Juli se me acercó y me abrazó de atrás apoyando su pera en mi hombro.

—Porfa no te enojes —me pidió.

—No estoy enojado.

—¿Y por qué tenés esa cara de malo entonces? No es no me guste, pero...

—Es mi cara —sonreí.— Estoy concentrado —hice una pausa porque no iba a decir más nada, pero no pude evitarlo.— Esta vez te buscaste al más grande que encontraste para que no pueda romperle la cara como a Alexis, ¿no?

—Enzo, es mi amigo. No podés pensar que quiero algo con cada persona que me rodea.

—Solo voy a decir que es demasiado raro que haya venido hasta acá únicamente para ver a un perro.

—No es un perro. Es Fernet, el mejor perrito del mundo —dijo sonriendo.— Le mostré muchos videos, por eso.

—Como sea.

—No seas tan celoso. Además vos no me estabas dando ni bola, ni siquiera sabía cuándo ibas a volver.

Dejé lo que estaba haciendo para darme vuelta y agarrarlo de la cintura.

—¿Era por eso? Ya volví, ya te estoy dando bola. Hasta le estoy cocinando a mi competencia para que veas lo que te amo.

—Haaland no es tu competencia —respondió riéndose.

Lo besé, casi con violencia. Él puso una mano en mi cachete como queriendo calmarme y yo bajé las mías para apretarle el culo.

—Sos todo mío —le dije pasándole la punta de lengua desde la pera hasta la nariz, haciendo una línea recta por el medio de sus labios.

—Sí —sonrió.

—¿A qué hora se va este así puedo cogerte contra alguna pared? O arriba de la mesa.

—Se va a quedar a dormir.

—¿Cómo?

—Es que convenía así, vinimos en su camioneta y mañana nos vamos juntos para Manchester al entrenamiento.

—¿Y no querías comprometerte con él también, ya que estabas? Si querés me voy.

—Dale amor —se rió.— No seas pesado. Mirá la casa gigante que compraste, hay lugar para doscientas personas.

—Ya me estoy arrepintiendo.

—Te amo —me dijo antes de darme un beso.— Y celoso sos todavía más lindo, mirate esa cara de orto que me encanta.

Me agarró de los cachetes con una mano apretándome y yo terminé riéndome.

—Confío en vos. Te amo bebé.

Desde tu primera sonrisa - Julián y EnzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora