Lo primero que hice cuando entendí que el penal de Gonza había entrado fue salir corriendo a buscar a Enzo. Me costó encontrarlo, pero apenas lo vi esperándome con los brazos abiertos me apuré a saltar arriba suyo para abrazarlo.
—Somos campeones del mundo mi amor —me dijo agarrándome fuerte y dándome un beso en el cachete.
Recién cuando me dijo eso empecé a entender lo que había pasado. No había sido un partido más. Había sido el último. Después de tanto, de haber empezado perdiendo, de haber sufrido más de lo que merecíamos, ahí estábamos. Campeones.
Se me pasaron por la cabeza como flashes los veintidós años de mi vida en los que había soñado con este momento. Me había preparado desde que tenía uso de razón para estar en un mundial. Y haberlo no solo jugado sino que también ganado con y para Messi era algo que no podía dimensionar.
No duramos ni un minuto solos. Enseguida se acercó Alexis, y después Leandro, y Guido, y de la nada éramos quince personas abrazándonos y llorando porque la felicidad era demasiada.
Pero el momento en el que más orgullo sentí esa noche fue cuando llamaron a Enzo para darle el premio al mejor jugador joven del mundial. Era el regalo perfecto para todo el esfuerzo que había hecho en el último mes. Había llegado a Qatar con solamente tres partidos amistosos en la selección y cuando entró de suplente se robó la cancha. Por eso Scaloni había confiado en él para que sea titular y jugara todos los partidos completos después del golazo que le había hecho a México. Para mí, sacando mi imparcialidad, era el mejor gol no solo de Argentina sino de todo el mundial. Porque Enzo era así, lo hacía a la perfección o no lo hacía. Y lo había demostrado una vez más brillando como la estrella que era.
—Che, pará un poco —me codeó Alexis mientras yo veía a Enzo sacarse fotos con el trofeo.
—¿Con qué?
—Limpiate la baba. Si seguís mirándolo así se van a dar cuenta hasta los que están allá arriba en la tribuna de lo enamorado que estás.
—Estoy muy orgulloso de él —dije sonriendo.
—La verdad es que se lo merece —admitió.
—Bueno, vos también jugaste increíble. Si te lo hubieras llevado estaría igualmente orgulloso.
—Gracias —sonrió—, pero si no estuviera Enzo ahí arriba probablemente estarías vos. Qué mundial jugamos eh.
Me abrazó del hombro con un brazo y yo hice lo mismo con él mientras esperábamos que nos llamaran para recibir las medallas.
***
Recién me volví a cruzar con Enzo cuando entramos a los vestuarios. Obviamente estábamos todos de fiesta, así que aproveché para acercarme a abrazarlo.
—Miralo al que se sentía mal por errar un penalcito —le dije tirándole un poco el pelo.
Se rió y me agarró la muñeca para que no siga.
—No me lo esperaba. Pensé que iban a dártelo a vos.
—Jugaste muchísimo mejor Enzo, no te quieras hacer el humilde ahora. Yo puedo haber hecho más goles pero vos manejaste al equipo como quisiste. Y siendo el más bebé del plantel —le dije apretándole la cara con una mano.
Me tuve que contener para no darle un beso ahí mismo. Y por cómo me estaba mirando él, también podía adivinar que le costó mantener la distancia.
—No me siento el más bebé estando vos en el mismo equipo —respondió sonriendo.
—Pero lo sos. Mi novio es el mejor jugador joven del mundial. Ahora te van a querer más que antes, si es que eso es posible.
—Tu novio no. Estamos comprometidos, ¿no?
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Desde tu primera sonrisa - Julián y Enzo
FanficSEGUNDA PARTE YA DISPONIBLE! Julián creyó que iba a tener un entrenamiento más hasta que le presentaron al nuevo integrante del equipo: Enzo. A partir de ese día, los dos jugadores de River dibujaron el camino hacia una amistad que se iba a ver com...