Primero fui a su habitación. Estaba vacía. Después empecé a recorrer todo el predio. Le pregunté a cada uno de los que me crucé si lo habían visto pero nadie sabía decirme dónde podría estar.
Hasta que al fin lo encontré, en la cancha de prácticas. Por lo que llegaba a ver, estaba solo. Como siempre, a pesar de la hora que era, necesitaba entrenar más que el resto. Y es que lo que tenía de creído también lo tenía de autoexigente.
Atravesé el espacio que nos separaba para acercarme a él. No me escuchó porque estaba muy ocupado pateando pelotas al arco de espaldas a mí.
—Enzo —lo llamé cuando ya estaba a algunos pasos.
Él se dio vuelta y me miró mientras se secaba la frente. ¿Había forma de que sea tan hermoso incluso así, todo transpirado y cansado?
—Hola.
Fue lo único que me dijo. Sabía lo que hacía ahí y estaba esperando a que empezara a hablar, a que le demostrara con algún gesto qué era lo que pensaba en ese momento.
Y yo solo pude caminar el espacio que todavía nos separaba y empujarlo con todas mis fuerzas. Enzo, sorprendido, terminó cayéndose al pasto.
—¿Cómo pudiste hacerme eso? Pedazo de forro.
—¿Leíste todo lo que te escribí? —me preguntó desde donde estaba, limpiándose con el pantalón una mano que se le había ensuciado en la caída.
—Sí, lo leí. Explicame cómo podés ser tan hijo de puta.
—Perdón.
—¿Perdón? ¿Eso es lo único que tenés para decirme después de todo?
—No, pero es lo primero que quiero que escuches salir de mi boca.
Mirándolo así indefenso como estaba sentí que se me iba todo el enojo que había estado acumulando durante el tiempo que perdí buscándolo esa noche.
—Te odio Enzo —le respondí con el nudo que tenía en la garganta.
Él se paró lo más rápido que pudo y me agarró la cara con las manos. Mientras apoyaba su frente en la mía, yo cerré los ojos para no dejar que las lágrimas salieran.
—Yo te amo Julián. Te amo. Te amo.
—No me sirve que me digas eso ahora —le respondí, aunque ni yo me lo creía.
—Perdoname, por favor. Me equivoqué.
—¿Y recién ahora te diste cuenta?
—No, apenas lo hice sabía que estaba mal, pero sino no ibas a firmar el contrato. Tenés que entenderme.
—Enzo, vos tenías que entenderme a mí —le dije separándome de él para poder mirarlo.— Era una decisión que tenía que tomar yo, no vos por mí.
—Pero yo estaba influyendo en esa decisión, por eso hice lo que hice. Para que pudieras elegir sin tenerme a mí en el medio.
—¿Vos sabés que solo me fui porque necesitaba olvidarme de vos y no porque me importara realmente a dónde me estaba yendo? ¿Entendés lo que me hiciste pasar todo este tiempo desde que me dejaste?
—Sí, yo sé que...
—No, no. Dejame hablar a mí una vez. Enzo, sentí realmente que podía llegar a morirme de lo mucho que me dolía haberte perdido de esa manera horrible. ¿Cómo mierda se te pudo cruzar por la cabeza que era una buena idea decirme todo eso?
—Perdoname mi amor. Intenté de otras formas y no me diste bola. Y se estaba acabando el tiempo para que firmaras.
—Era mi decisión —repetí levantando la voz como nunca lo hacía.— No podías tomarla por mí, y sin embargo eso hiciste.
![](https://img.wattpad.com/cover/330195277-288-k773271.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Desde tu primera sonrisa - Julián y Enzo
FanfictionSEGUNDA PARTE YA DISPONIBLE! Julián creyó que iba a tener un entrenamiento más hasta que le presentaron al nuevo integrante del equipo: Enzo. A partir de ese día, los dos jugadores de River dibujaron el camino hacia una amistad que se iba a ver com...