Había pasado un año más. Al final, al equipo le había ido bien. Podría haber sido mejor pero la verdad no podíamos quejarnos por como lo habíamos empezado en enero. Ganamos una copa de tres.
En cuanto a mí, no había un día que no pensara en lo que hice esa tarde de marzo y en lo mucho que me había costado.
Con Enzo ya no compartíamos nada más que los entrenamientos comunes. Al día siguiente de lo de la película en mi casa vinimos como siempre, yo caminando porque mi auto seguía en el estacionamiento del club. Cuando terminamos la jornada, me quedé esperándolo en los vestuarios, pero nunca apareció. O, si lo hizo, fue solo para sacar su ropa e irse mientras me estaba bañando.
Le escribí varios mensajes esa semana, pero no me respondió ni uno. Intenté hablarle, pero no lograba más que sacarle unas pocas palabras.
En mayo me enteré por Gonza que empezó a salir con una chica. Valentina. La busqué en Instagram y me pareció linda, pero no era para él.
Como fuese, después de eso no volví a intentar acercarme a él más allá del trabajo. Era incómodo, porque jugábamos juntos todos los fines de semana y a veces entre semana también. Cuando él hacía un gol, o yo, intentaba siempre rodearse de los otros compañeros para que mis brazos no lleguen a tocarlo directamente.
Me dolía, pero qué podía hacer.
Yo lo veía y me daba cuenta de que mis sentimientos hacía él no habían cambiado en nada, al contrario. Cada día lo quería un poquito más, aunque Enzo no lo supiera.
Encima, no dejaba de mejorar como jugador, partido a partido lo veía más bueno, manejaba la pelota como si la tuviera pegada al pie. A mí me estaba pasando igual, según lo que me decían y también porque yo mismo me daba cuenta. Y no poderlo compartir como los amigos que éramos antes me parecía horrible.
***
Mientras me estaba cambiando en el vestuario después del entrenamiento, se acercó Milton y me dijo:
—Te acordás de que hoy es la fiesta despedida del año en el club, ¿no? ¿Vas a venir?
La verdad es que me había olvidado, e igualmente no tenía mucho interés en ir. Milton me vio dudar y siguió hablando:
—Vos sabés que todos quieren que estés, sos la estrella del equipo. No podés faltar. La dirigencia te quiere ver ahí, te necesitan en las fotos.
—Voy a estar ahí —le dije antes de que siguiera poniéndome peso en los hombros.
Mi compañero sonrió y me palmeó el hombro antes de irse.
Cuando volví a lo que estaba haciendo sentí una mirada en mi espalda. Me di vuelta y noté que Enzo estaba en su locker, en frente al mío, observando algo que guardaba adentro. ¿Me había estado mirando o era mi imaginación?
Lo saludé al irme y él solo movió la cabeza en forma de respuesta.
Cada día tendría que dolerme menos, pero me dolía más.
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Desde tu primera sonrisa - Julián y Enzo
FanficSEGUNDA PARTE YA DISPONIBLE! Julián creyó que iba a tener un entrenamiento más hasta que le presentaron al nuevo integrante del equipo: Enzo. A partir de ese día, los dos jugadores de River dibujaron el camino hacia una amistad que se iba a ver com...