Julián • Martes 6 de Diciembre de 2022

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Todavía no le había dicho a Ale nada de lo que pasó con Enzo. Un poco porque no habíamos tenido tiempo, pero más que nada porque sabía que no iba a estar de acuerdo con que estemos intentándolo de nuevo después de haberle contado lo que me había hecho.

No sé por qué me importaba lo que pudiera pensar, si lo había conocido hacía poco tiempo. Pero teníamos una linda amistad y no quería que se complicara o se pusiera rara porque me gustaba pasar tiempo con él.

Por el otro lado, con Enzo habíamos estado un poco más juntos, pero hablando y entrenando con el resto de los chicos. No pudimos encontrar el momento para estar solos de nuevo y no habíamos vuelto a ninguna habitación de las del piso de arriba porque ya nos parecía que iba a quedar demasiado sospechoso para los demás.

Igualmente, ahora que estaba empezando a creer de nuevo que Enzo realmente me amaba, quería hacerlo esperar un poco. No era que le deseara ningún sufrimiento, pero me gustaba la idea de que tuviera que esforzarse para estar conmigo.

Eran como las seis de la tarde. Y, mientras estábamos con Alexis en la planta baja tirados en un sillón hablando de cualquier cosa, Enzo se acercó.

—Buenas —saludó antes sentarse entre medio de nosotros dos, donde en realidad no había espacio para otra persona.

Yo no le dije nada, porque la verdad era que tenía bastantes ganas de tenerlo cerca. Pero Alexis no reaccionó tan bien. Tuvo que correrse para no quedarse con una pierna de Enzo arriba suyo.

—¿Qué hacés? ¿No ves que estamos hablando?

—A eso vine, porque los vi muy divertidos. ¿De qué hablaban? —preguntó Enzo, como si de verdad le importara.

—Te podrías haber sentado en el otro sillón —respondió Ale señalándole el que estaba al lado.

—Imposible, si no me siento con Juli no me interesa —dijo poniéndome una mano en el muslo.

Alexis miró el gesto de Enzo, que aprovechó su pinta de perdido para preguntar lo que ya suponía.

—¿No le contaste? —me miró mientras hablaba como haciéndose el sorprendido.

—¿Qué cosa? —preguntó Ale.

Di vuelta los ojos pero no le contesté porque sabía que ya iban a empezar a pelearse. No me fui de ahí solo porque quedándome podía evitar una eventual piña de uno al otro.

Y porque tal vez un poco me divertía.

—Ah, veo que tanta confianza no te tiene —respondió Enzo metiendo todavía más leña al fuego.

—Bueno, basta —le dije cuando vi la cara de Alexis.

—No me digas que perdonaste al pelotudo este —me miró solo a mí, haciendo como si Enzo no estuviera en el medio.

—¿Cómo me dijiste?

—Juli, no lo puedo creer —se quejó.

Estaba ignorando a Enzo y eso, según mi experiencia, no podía resultar en nada bueno.

—Te estoy hablando boludito.

—¿Qué querés infeliz? —preguntó Alexis mirándolo al fin.

—¿Qué te pasa? ¿Estás enojado ahora que sabés que se te acabó la jodita?

—No hay forma de que seas tan pelotudo.

—Juli no te va a dar bola nunca tontito.

—Enzo, basta, en serio. Vamos para el patio mejor.

Me levanté mientras hablaba, porque ya estaban los dos en modo idiotas y tenía que separarlos un rato. Enzo se paró conmigo, pero Ale no tuvo peor idea que seguir provocándolo.

Desde tu primera sonrisa - Julián y EnzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora