Enzo • Domingo 11 de julio de 2021

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La Copa América había terminado y yo estaba yendo al predio de la AFA a buscar a Juli.

No había hablado mucho con él durante su estadía en Brasil, un poco porque seguía enojado conmigo y otro porque no tenía tiempo para nada. Yo tampoco quise insistirle mucho. Me costó pero entendí que era su momento y que me tocaba hacerme a un costado un ratito y dejar que disfrute de todo lo bueno que le estaba pasando. Y realmente me alegraba por él, se lo merecía más que nadie.

Me estacioné en la parte más alejada del estacionamiento porque no quería que nadie me viera y esperé a que Juli apareciera.

—Hola —me dijo después de dejar su bolso en el baúl y subirse al asiento del acompañante.

—Hola bebé —lo saludé sonriendo, y lo abracé fuerte. Qué lindo se sentía.— Te extrañé.

Con esas últimas palabras me pareció que Juli se aflojaba un poco en mis brazos.

—Yo te extrañé más.

—Lo dudo —respondí dándole un beso en el cuello.

Él sonrió y me miró antes de besarme. Sabía que estaba mal, porque alguien podía vernos, pero yo tampoco aguantaba más así que le respondí el beso. Se notaba que nos habíamos extrañado porque ninguno quería separarse.

—Volviste más rico, debe ser la comida brasilera.

Juli se rió y se acomodó en su asiento así podía arrancar.

Hablamos durante buena parte del camino sobre la copa que acababa de ganar. En serio estaba orgulloso de él y quería que se diera cuenta de eso. Lo veía tan feliz y lo escuchaba tan emocionado cuando me contaba todo lo que había pasado en el último mes que me sentí culpable por todas las veces que me había dado envidia.

—¿A dónde estamos yendo? —preguntó cuando ya era más que obvio que no estaba siguiendo el camino a su edificio.

—A mi departamento.

—¿Por?

—No está Valen, si eso es lo que te preocupa —no respondió.— No podés ser tan celoso —le dije riéndome.

—No quiero empezar de nuevo con ese tema.

Le había cambiado completamente la cara y me dio un poco de pena no contarle la verdad todavía. Dejé una mano en su pierna y seguí manejando en silencio.

—Espero que tu compañero de habitación no se haya hecho el vivo porque lo mato —dije al fin, como para terminar con la tensión que había en el aire.

—Lea es un copado.

—¿Con Lea Paredes compartiste no? Fachero.

—Sí, lindo hombre. Lástima que no me dio bola.

—Bue, bue.

Juli se rió. Estaba empezando a ser él de a poquito.

—¿Cuál es el más lindo para vos? —preguntó.

—Un tal Juan Álvarez, o algo así. No sé, no sigo mucho a la Scaloneta.

—Qué pelotudo —respondió riéndose.

***

Lo ayudé a bajar su bolso y tomamos el ascensor que iba directo de la cochera a los departamentos. Juli me seguía porque no había venido más que un par de veces hacía tiempo.

—Podríamos haber ido a mi departamento.

—Sh, también quiero que pasemos tiempo acá.

—Sabés muy bien por qué no pasamos tiempo en tu departamento.

Desde tu primera sonrisa - Julián y EnzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora