Cuando entramos a la casa de Lucas lo primero que nos dijeron era que nada de celulares. Teníamos que dejarlos todos en una caja y buscarlos antes de irnos. La verdad no quería que mi teléfono quedara ahí con los demás, porque si alguien se lo llevaba y lograba desbloquearlo podía encontrar cosas demasiado peligrosas.
—Yo no pienso dejar mi celular ahí —le dije a Juli.
—No pasa nada —me respondió poniéndolo.
Lo agarré apenas lo soltó él.
—No nene, hay mucha información en estos aparatitos. Mejor lo guardo yo.
Me metí uno en cada bolsillo que tenía al costado de las piernas, total el pantalón tenía lugar de sobra para guardar todo. Juli dio vuelta los ojos pero no me dijo nada. En cambio, se perdió entre la gente mientras saludaba a todos los que conocía.
Yo empecé a hacer lo mismo. Y no solamente vi a lo lejos a Valentina, sino también a Camila. Camila había sido mi última novia antes de conocer a Julián. Obviamente, nos habíamos separado porque le había sido infiel y en ese momento no era el Enzo Fernández que empecé a ser cuando entré a la primera de River, entonces las minas no me solían perdonar esas cosas cuando me descubrían. Valentina sí, estoy seguro de que tenía más que claro que me acostaba con otras pero no decía nada porque le servía la fama que le daba en ese momento ser mi novia oficial.
Estaba metido en una ronda charlando cuando justamente Camila se acercó a mí. No la veía desde hacía años. No era para nada fea, pero no la veía hermosa como cuando estaba con ella. Era pasado, ya no me importaba. Y según sus propias palabras, le había roto el corazón. Qué novedad para el viejo Enzo. Era lo que hacía mínimo una vez cada seis meses. Había terminado todo horrible con ella, por eso a mí no se me había ni cruzado por la cabeza saludarla, pero ahora me había tocado el brazo con una sonrisa. Seguramente quería un poco del Enzo campeón del mundo, jugador de la Premier, como todas las ex que me habían vuelto a escribir ahora que cobraba en dólares y era conocido en todo el mundo. Una pena que a mi ya no me interesara ninguna.
—Hola, tanto tiempo —me dijo haciendo puntitas de pie para saludarme con un beso en el cachete y abrazarme.
—Hola Cami. Sí, mucho tiempo —le respondí.
No quería tocarla mucho, pero a veces se sentía bien abrazar a una mujer con esa delantera. Igualmente, entre las alas que tenía para completar su disfraz de hada y el pelo ese rubio larguísimo no había mucho lugar para mi brazo en su espalda.
—No puedo creer todo lo que pasó desde la última vez que nos vimos.
—Tantas cosas que si te lo dijera en serio no me creerías —le sonreí.
—¿Por qué no te creería? —me di vuelta porque Juli habló atrás mío como si siempre hubiera estado ahí.— Hola —le habló a ella con una sonrisa.
Camila no dudó un segundo en abrazarlo a él también.
—Hola Julián, siempre quise conocerte —lo miró unos segundos antes de seguir hablando.— Qué lindo que sos, ¿nos podemos sacar una foto?
—¿Con qué, si tuvimos que dejar los teléfonos?
—Tenés razón, qué boluda. Te busco a la salida entonces.
—Dale —dijo con su mejor sonrisa. Nadie se daba cuenta cuando era falsa, pero yo lo conocía demasiado.
—Me llamo Camila —siguió ella antes de apoyar la mano en mi brazo y hablarme a mí.— Nunca me lo presentaste.
—En qué momento, si la última vez que te vi no lo conocía.
—¿Ustedes son amigos? —preguntó Juli después, claramente porque le llamó la atención cómo me trató.
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Desde tu primera sonrisa - Julián y Enzo
Fiksi PenggemarSEGUNDA PARTE YA DISPONIBLE! Julián creyó que iba a tener un entrenamiento más hasta que le presentaron al nuevo integrante del equipo: Enzo. A partir de ese día, los dos jugadores de River dibujaron el camino hacia una amistad que se iba a ver com...