Ya habíamos jugado el primer amistoso con la selección y hoy tocaba la fiesta. Iba a ser por nuestro casamiento en un principio, pero como sabíamos que era imposible que no se diera a conocer por todos lados y que no íbamos a poder evitar que salieran miles de fotos y videos, preferimos hacer de cuenta que era una joda más.
Habíamos tenido el día libre y yo decidí ir hasta la casa de mis papás a avisarles lo de la noche, porque obviamente estaban invitados. El problema era que primero tenía que contarles por qué. Después de tanto tiempo, ya era hora de que lo supieran.
Juli se había ido a buscar a su propia familia al aeropuerto y después quiso quedarse con ellos el resto de la tarde. La verdad no estaba seguro de que fuera un buen momento para celebrar nada, porque las cosas entre nosotros no estaban demasiado bien. Él seguía dudando de mí y planteándome escenarios que solo eran reales en su cabeza. Por momentos estábamos tranquilos, y otros tenía que soportarlo reclámandome cosas que no existían.
Igualmente, el problema más grande era que mi familia había decidido no ir a la fiesta. Obviamente, no estaban de acuedo con nada de lo que les había contado sobre mi relación con Julián. Sinceramente, no sabía por qué había pensado que podría llegar a ser distinto. Tal vez porque creí que iban a apoyarme sin importar a quién había elegido amar.
Pero me equivoqué feo. Mi papá primero, mi mamá después y mis hermanos a lo último, que les gustara o no, no les quedó otra que sumarse al odio. Empezó todo con abrazos apenas llegué a casa, y terminó con gritos y empujones cuando al fin lograron sacarme por la puerta diciéndome que no podía volver mientras siguiera siendo el puto de mierda en el que, según ellos, me había transformado.
De todas formas, no me arrepentía de amar a Julián, y no iba a dejar de hacerlo aunque mi familia me odiara. Porque no podía, y porque tampoco quería.
Así que mientras me afeitaba en frente al espejo de mi departamento no me quedó otra que limpiarme unas lágrimas que me estaban cayendo, porque aunque la decisión era mía, realmente me hacía mierda acordarme de lo que me había dicho mi papá más temprano. Sus palabras se me habían quedado clavadas como puñaladas en el corazón.
Pero no me podía permitir estar triste. Era un día para celebrar. Así que me lavé la cara y puse mi mejor sonrisa antes de salir.
***
Cuando llegué al lugar donde era la fiesta ya era medio tarde, porque entre todo lo que tenía en la cabeza había terminado distrayéndome más de la cuenta.
Busqué a Juli por todos lados, hasta que al fin lo encontré.
—Hola bebé, estás hermoso —lo saludé.
—Vos también, como siempre—me dijo sonriendo antes de acomodarme el cuello de la camisa.— ¿Dónde estabas?
—En mi departamento —no quería darle detalles ahora porque sabía que iba a ponerme mal y no tenía ganas de arruinar la noche.— ¿Vos que hiciste hoy?
—No mucho, estuve con mi familia —me dio un beso rápido, por si las dudas.— Te amo.
Sonreí. Eso era lo único que necesitaba escuchar para que todo valiera la pena.
—Te amo Juli.
No tardaron nada en llegar sus papás a saludarme. Gustavo no me pareció tan distante como la última vez, aunque quizás ahora que podía compararlo con el mío no había nada que pudiera ser peor.
Me distraje hablando con ellos y después con más gente que venía a saludarnos. Todas las felicitaciones por nuestro casamiento eran disimuladas. Salvo algunas excepciones de los que no les importaba nada, como a Ota, al Dibu, Alexis o el Cuti, que cada vez que podían nos jodían.
![](https://img.wattpad.com/cover/330195277-288-k773271.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Desde tu primera sonrisa - Julián y Enzo
FanfictionSEGUNDA PARTE YA DISPONIBLE! Julián creyó que iba a tener un entrenamiento más hasta que le presentaron al nuevo integrante del equipo: Enzo. A partir de ese día, los dos jugadores de River dibujaron el camino hacia una amistad que se iba a ver com...