Enzo • Jueves 16 de Febrero de 2023

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No volví a ver a Juli desde el día de su cumpleaños porque me habían tenido demasiado ocupado en el Chelsea. Así que no me quedó otra que comprar un departamento en Londres para quedarme ahí.

Igualmente hablaba con él todos los días, pero le insistía con que no vaya a visitarme porque iba a perder demasiado tiempo y yo no tenía mucho espacio en mi día para verlo.

Otro que no había dejado de escribirme desde la fiesta era Lisandro. Él nunca hacía referencia a esa noche pero yo sabía que lo que quería hacer era tantear el terreno para saber si podía volver a repetirse. Y la verdad era que yo no estaba para nada interesado por ahora.

Lo de esa noche lo había tomado como una joda. Después de todo si alguien tiene esas ganas de probarte, ¿por qué lo dejarías con las ganas diciéndole que no?

Yo tenía más que claro que era Julián al que quería al lado mío. Y por eso tampoco iba a arruinar lo nuestro solo por divertirme con Licha, por más tentador que pudiera resultarme.

***

Estaba yendo a Birmingham porque al final con Juli habíamos decidido que era el lugar en el que nos convenía vivir. Él no había ido pero yo sí, y la verdad era una ciudad igual de inglesa que el resto. Por eso había comprado hacía como una semana la casa que me gustó desde un principio y había contratado a un tipo para que la amoblara y la dejara lista para mudarnos. Y es que ninguno de los dos tenía ganas ni tiempo para ocuparnos de esas cosas.

Apenas llegué vi que el auto de Juli ya estaba en la parte de afuera de la cochera, así que dejé el mío atrás. Y cuando me bajé él no tardó ni un minuto en abrir su puerta y dejar salir a Fernet, que vino a saludarme. Para evitar que me ensuciara, lo alcé así podía darle unos besos antes de dejarlo de nuevo en el piso. Mientras el perro se entretenía corriendo por el pasto, me acerqué a Julián. No quise saludarlo con un beso porque nunca sabía quién podía andar por ahí, así que solo le sonreí.

—Chiquita la casa eh —me dijo irónicamente.

—Me gustan las fiestas y las familias numerosas —le respondí mientras me sacaba la llave del bolsillo para abrir.

Cuando entramos nos pegó el calorcito de adentro porque se notaba que habían dejado la calefacción prendida. Así que nos sacamos el abrigo y cerramos la puerta después de que Fernet entrara con intenciones de oler todo.

—Está hermosa —comentó Juli mirando a su alrededor.

—No tanto como vos —le contesté agarrándolo de la cintura para que se acerque a mí.— Hola, te extrañé.

—Hola amor —sonrió y me dio un beso.— Yo también te extraño siempre.

—Hasta hoy. Vení, vamos a ver.

Lo agarré de la mano y lo llevé a recorrer todas las partes de la casa, desde la cocina hasta los tres baños, las cuatro habitaciones, el patio, el comedor, el quincho y otros ambientes que no sabía ni para qué servían.

—Bueno, este podría ser mi nuevo lugar favorito —le dije cuando entramos a uno donde había una mesa de pool, una barra llena de alcohol y un televisor gigante con una play en frente a un sillón igualmente muy grande.

—El mío probablemente también —se rió.

***

Llovía, así que estábamos tirados en la cama mirando la televisión los tres cuando recibí otro mensaje de Lisandro y, antes de que pudiera ignorarlo o leerlo, Julián vio la notificación porque estaba apoyado en mi pecho.

—¿Qué dice Licha? —preguntó como al pasar.

—Nada interesante.

—Vos sabés que lo noté como raro conmigo en mi cumpleaños.

Desde tu primera sonrisa - Julián y EnzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora