Alexis ~ Martes 5 de Septiembre de 2023

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Llegué al predio de la AFA más o menos a la misma hora que iban llegando todos. Algunos venían directo del avión y otros habíamos tenido un poco más de tiempo para ver a nuestras familias.

Lo vi a Juli, que se había distraído hablando con Leo, así que yo fui a saludar a Enzo, aprovechando que se había quedado solo.

—Hola salame —le dije.

Se dio vuelta y cuando vio que era yo sonrió y me abrazó.

—Hola idiota, tanto tiempo.

—¿Qué pasó que no viajaste ayer con nosotros?

—No tengo ni idea, terminé solo en el avión y encima no había nadie acá todavía. Así que me quedé en mi cas...

—Hola Enzito, ¿cómo estás? —lo interrumpió Lisandro abrazándolo.

—Bien Licha, ¿vos? —lo abrazó también, palmeándole la espalda.

Vi que aprovechó para darle un besito en el cuello a la pasada, del que Enzo no dijo nada. Después, me saludó también a mí con un abrazo, pero yo no tuve la suerte de ser besado.

—Nos vimos hace unos días boludo, ¿o ya te olvidaste?

—Estaba medio en pedo esa noche —me respondió riéndose.

Era cierto, nos habíamos cruzado en el cumpleaños de un amigo en común y la primera vez que me lo encontré ya estaba pasado.

—¿Se ven seguido ustedes? —preguntó Enzo.

No sabía si era curiosidad sincera o si solamente quería sentirse incluido en la conversación.

—Más o menos, la próxima te invitamos si querés —le contestó.

—No mientas —dije mirándolo.— La verdad que no nos vemos mucho más de lo que te veo a vos o a Juli.

—Hablando de eso... —empezó Lisandro.— Vos sabés que tengo un amigo en Manchester que es fotógrafo y el otro día me mandó unas fotos muy curiosas...

Yo me quedé ahí esperando mientras sacaba el celular del bolsillo, porque no entendía de qué estaban hablando, y por la cara de Enzo tampoco sabía qué tenía que ver eso con él.

Hasta que le mostró la primera foto y ahí entendí todo. Era Juli con una mina en la calle, caminando uno al lado del otro, riéndose. Antes de que nadie pudiera decir nada, cambió a la siguiente, donde estaban adentro de su auto, primero abrazándose, y después dándose un beso en la boca.

No podía creer lo que estaba viendo, ¿qué mierda estaba pasando? Lo miré a Enzo mientras todavía tenía la vista fija en la pantalla. No dijo nada, pero porque se notaba que estaba intentando que no nos diéramos cuenta lo que le estaba doliendo haber visto esas fotos.

—¿No sabías nada de esto? —le preguntó Lisandro, haciéndose el sorprendido.

—Licha, basta. No te metas.

Tenía que defenderlo, porque a pesar de todo, me parecía que estaba necesitando que alguien lo ayudara en vez de seguir hundiéndolo.

—Todos nos mandamos cagadas, ¿no? Haberte dado un beso poronga a vos fue la mía —dijo al fin, volviendo a ser el Enzo de siempre.

—¿No te molesta que ande a los besos con otra por Manchester? Y a vos te daba culpa haberme dado uno a mí. En fin...

—¿Y a vos no te molesta ser un metido de mierda?

—¿Siguen juntos? —pregunté, porque me pudo más la curiosidad.

—Por qué no me dejan de romper un poco las pelotas los dos. Vine acá a jugar al futbol —se dio vuelta pero se olvidó de que no me había respondido.— Y sí, seguimos juntos, aunque les encantaría que no fuera así.

Desde tu primera sonrisa - Julián y EnzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora