Enzo • Domingo 19 de Marzo de 2023

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Cuando me separé y le sonreí sentí que había sido el beso más hermoso de todos los que le había dado. Porque había significado mucho más que solo juntar nuestros labios. Era el sello definitivo de nuestro amor para siempre.

—Te amo —le dije intentando secarle la cara.

—Te amo Enzo —me respondió él, queriendo dejar de llorar.

—Ya está bebé. Mirá eso —le señalé la libretita roja que había dejado la jueza, que no estaba más ahí.— Ya sos legalmente mío.

Sonrió y me dio un beso.

—Siento que soy tuyo desde que nací, solamente que no lo sabías.

—La diferencia es que ahora si me engañás te puedo denunciar y sacarte plata.

Se rió antes de acomodarme el moño.

—No hay forma de que engañe al hombre más hermoso del mundo. Encima mirá cómo estás hoy. Esa camisa roja me está volviendo loco.

—Ya me la podés sacar —dije estirando los brazos.

—No, pará.

Agarró su celular del bolsillo para que nos saquemos algunas fotos. Empezamos serios, mostrando los anillos, la libreta, dándonos un beso. Y terminamos en cualquiera, juntando las lenguas, con su mano adentro de mi pantalón, con la mía apretándole el culo, mi cara feliz al lado de su tatuajecito.

—Dejalo ahí a que grabe mientras te alzo.

Lo hizo, aunque pensó que le estaba hablando en joda, pero no. Lo agarré poniendo un brazo por atrás de sus rodillas y el otro en su espalda mientras él se reía y me abrazaba del cuello.

—¿Así o más de película querés? —le pregunté primero mirando a la cámara y después girándome para que pudiera ver la torre Eiffel.

—No puede ser que con vos siempre sea todo perfecto —respondió antes de besarme.

Le seguí el beso, pero con los ojos un poco abiertos porque quería ir a la cama de una vez, no aguantaba más. Juli manoteó su celular a la pasada y apenas llegamos lo acosté de espaldas para acomodarme arriba suyo mientras él seguía prendido a mi cuello.

—Quiero más fotos tuyas.

Me senté en sus piernas y empecé a sacarle mientras él ponía los brazos atrás de la cabeza.

—Pero mirá lo que sos. Un modelito. Sacate un poco esto.

Le saqué el moño y le arranqué los primeros botones de la camisa.

—Qué bestia que sos —dijo riéndose.

—Sh, sh —lo callé concentrándome en seguir con las fotos.— Impresionante, increíble, inigualable, y todo lo que se te ocurra con i.

—Basta —volvió a reírse.— Me toca a mí.

Me sacó el celular de la mano y me apuntó, así que no me quedó otra que hacerme el interesante.

—Ese perfil que tenés, me vuelvo loco.

Sonreí y empecé a desabrocharme la camisa. Cuando Juli me aviso que había cambiado a video, le guiñé el ojo y le tiré un beso a la cámara.

—Señoras y señores: mi marido —habló mientras me filmaba.— ¿Vieron lo hermoso que es? Al que lo toque le corto las manos.

Me reí antes de tapar la cámara con la mano.

—Ya dejá eso.

Me hizo caso solamente porque ya estaba agarrándole el cinto para desabrochárselo antes de hacer lo mismo con el pantalón. En ese momento, se me ocurrió una idea, así que también me saqué el cinturón que tenía yo y le agarré una muñeca a Juli.

Desde tu primera sonrisa - Julián y EnzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora