Julián ~ Sábado 26 de Agosto de 2023

1.3K 111 554
                                    

Ese día cuando sonó la alarma sentí una sensación rara en el cuerpo, como si fuera la segunda vez que me despertaba.

Enzo, como siempre, estaba durmiendo con los brazos estirados para cualquier lado. Respirando tan profundo que ya era casi un ronquido y con las piernas dobladas pero abiertas porque tenía a Fernet en el medio.

No me acordaba lo que había soñado, pero tenía como una angustia horrible en el pecho. Así que no se me ocurrió mejor idea que despertarlo.

—Amor —lo llamé moviéndolo un poco.— Enzo, dale.

Me costó, pero al fin abrió los ojos.

—¿Qué pasó? ¿Me quedé dormido? —dijo asustado, sentándose en la cama.

—No boludo —me reí.— Pero tuve una pesadilla y quiero que me abraces.

—Uh Dios, la puta madre Juli —se quejó pero igual me agarró fuerte.— ¿Qué soñaste?

—No me acuerdo —le dije abrazándolo también y apoyando mi cachete en su pecho.

—¿Sos joda? ¿Cómo podés ponerte mal por algo que ni te acordás?

Aunque seguía quejándose me dio un beso en el pelo y me empezó a acariciar el brazo. 

Últimamente había estado siendo un forro con él, pero Enzo siempre me pagaba con más amor. A veces no podía creer al hombre incondicional que tenía al lado.

—Te amo Enzo, no me sueltes nunca, nunca.

—¿Estás bien? —me preguntó riéndose.— Decime qué soñaste, mentiroso. No me digas que te estaba gorriando o algo así.

—En serio no me acuerdo.

No me contestó más, se quedó así dándome amor en silencio hasta que al fin sentí que me lo había traspasado todo a mi cuerpo.

—No quiero irme, ¿no me puedo quedar acá con vos? —le dije después.

—No, no. Vernos poco es lo que hay que sacrificar para que seas titular, y me parece un precio justo.

Levanté la vista para mirarlo, frunciendo la frente.

—¿Ya me habías dicho eso antes?

—Creo que no, ¿por?

—Por nada —le di un beso y me paré.— Perdón por despertarte. Me voy a bañar. Te veo a la noche mi amor, te amo.

—Quién me mandó a casarme con vos. Sos hermoso bebé, pero estás bastante loco.

Me reí mientras él volvía a acostarse abrazando a Coca, que había empezado a dar vueltas por la cama intentando molestar a Fernet, como siempre.

Agarré mi celular para sacarles una foto antes de salir de la habitación. Me gustaba guardar esos recuerdos en mi cabeza, pero si a la vez podía guardarlos también en una imagen, mejor todavía.

***

A la tarde, después de entrenar, vi el celular apenas entré al vestuario y tenía un mensaje de Emilia. "Qué hacemos hoy?", decía.

—No sé, pero me baño y estoy, ¿por dónde andan? —le mandé en un audio.

Desde que la había ido a buscar a la estación de Manchester nos habíamos visto, fácil, cuatro o cinco veces más. También nos escribíamos bastante seguido.

Qué podía decir. Mi única excusa era que me gustaba pasar tiempo con ella. Desde la discusión que habíamos tenido con Enzo volviendo de la pretemporada, sentía que algo había cambiado entre nosotros. Porque haberme negado eso en realidad era negarme un montón de cosas más que para mí eran demasiado importantes como para ignorarlas, aunque para él no significaran nada. Así que verla a ella era el escape perfecto para una realidad que me estaba costando cada día más.

Desde tu primera sonrisa - Julián y EnzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora