Enzo ~ Domingo 10 de Septiembre de 2023

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El primer partido ya estaba ganado, así que esta noche tocaba un poco de fiesta en Buenos Aires antes de viajar a Bolivia.

Desde que habíamos llegado había estado pensando en llevar a Juli a mi casa, pero al final había decidido que no era lo mejor que podía hacer por ahora. Antes creía que quería presentárselo a toda mi familia como mi pareja, pero después de todo lo que había pasado ya no estaba seguro.

En fin, después de estar adentro unas horas tomando y riéndome con los chicos, había salido afuera a charlar un poco con Ota, aprovechando que ya no nos veíamos tan seguido y que ambos estábamos con ganas de tomar un poco de aire.

El problema fue cuando decidió volver a llenar su vaso y yo me quedé esperándolo cerca de una de las canchas de entrenamiento. Parecía estar tardando una eternidad, seguro se había distraído y ya no iba a volver. Me di vuelta para seguir sus pasos, y ahí estaba el denso caminando para donde estaba yo. No pensaba salir corriendo de ahí solamente para no enfrentarlo, así que me quedé parado esperándolo.

—Qué casualidad encontrarte acá solo —dijo sonriendo.

—No me jodas Lisandro.

—Ey, ¿pero por qué tan a la defensiva? ¿No hay nada de lo que quieras hablar?

Tenía un vaso en la mano, y claramente no era el primero que tomaba.

—No, ¿por qué querría hablar de algo con vos?

—Enzo... —me dijo acercándose.— Vos te merecés mucho más que lo que están dándote. Tendrías que tener al lado a alguien que te quiera lo suficiente, que no te sea infiel —me agarró el borde del pantalón, donde tenía el elástico, y volvió a mirarme.— Que te de todo lo que necesitás. ¿Por qué te conformás con lo poco que tenés cuando estás para muchísimo más?

Quiso besarme, pero me alejé antes de que nuestros labios se tocaran. No iba a caer de nuevo en eso. No quería ni darle el gusto a él ni lastimar a Julián.

—Basta Lisandro, dejame en paz. Pensé que ya habías entendido.

Le saqué la mano con la que todavía estaba agarrándome la ropa porque no tenía ganas de tener sus dedos tan cerca de mi piel.

—Yo entendí, pero como parece que tu novio no... ¿qué tiene de malo? Él hace lo mismo cuando no lo estás viendo, ¿o creés que estaba pensando en vos cuando le sacaron todas esas fotos comiéndose a la otra minita? Si ya no te quiere más no hay nada que hacer.

Lo miré pero no le dije nada, porque aunque sabía que lo que estaba diciéndome era solamente para intentar convencerme de que estuviera con él, igual me dolían sus palabras.

—Mirá lo que sos Enzo —siguió—, ¿por qué te conformás con él cuando tenés literalmente millones de ofertas mejores? Además yo no soy nada celoso, conmigo podés hacer lo que quieras sin problema, no me molesta compartir.

—¿Vas a parar o no? Estoy harto de que todos piensen cualquier cosa de mí. No quiero serle infiel a la persona que amo, no me importa lo que me propongas ni la cantidad de alcohol que tengamos arriba. Si tenemos problemas los resolveremos entre nosotros, así que no te metas porque te voy a cagar a trompadas Lisandro. No me gusta que me jodan a mí y vos ya me estás rompiendo demasiado las bolas.

No llegó a decirme nada porque no supe de dónde salió Juli y lo empujó, haciéndolo casi caer.

—Dejalo en paz, enfermo de mierda.

Lisandro se volvió a acercar, y le vi la intención en la cara así que lo frené poniéndole las manos en el pecho.

—Andate, ya está.

Desde tu primera sonrisa - Julián y EnzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora