Desde tu primera sonrisa - Julián y Enzo

Enzo • Sábado 26 de Noviembre de 2022

Ya era de noche, después del partido que habíamos ganado contra México. Toqué la puerta de la habitación, esperando que fuera Juli el que me abriera. Pero tuve la desgracia de ver la cara de Alexis.

—¿Julián está? —le pregunté mirando para adentro.

—No. Y la verdad no deberías molestarlo.

—¿Qué te pasa a vos? No me empieces a romper las pelotas.

—No quiero pelear Enzo. Me gustaría hablar con vos de Juli, pasá.

No iba a aceptar la invitación, pero estaba bastante intrigado. Además, si encontraba una mínima posibilidad de meterle una buena piña no iba a desaprovecharla. Así que entré y me senté en la silla que había en el escritorio.

—¿Qué?

—Ya sé todo Enzo.

—¿Qué cosa?

—Con Juli nos hicimos muy amigos cuando fue para Inglaterra. Y me contó todo lo qué pasó entre ustedes.

—Sí, muy amigos. Me imagino. Con razón ayer no te sorprendió verme acá, veo que Juli le anda contando nuestros secretos a gente como vos.

—Dale Enzo, dejá de pensar un poco en vos por cinco segundos. Lo hiciste mierda y todavía te creés con el derecho de elegir con quién se relaciona.

—Mirá, me estaría chupando un huevo lo que pienses. Y si creés que voy a darte alguna explicación estás muy equivocado.

—No pretendo eso. Pero lo que sí tenés que hacer es dejar de molestar a Juli. Me lo contó porque no le quedó otra, le rompiste el corazón y lo vi destrozado como nunca había visto a nadie, ¿no te alcanza con eso para dejarlo en paz?

No le contesté porque ya se me estaba formando un nudo en la garganta y no quería que Alexis se de cuenta.

—Él te amaba, y te sigue amando. No debería estar diciéndote esto pero te lo cuento para que entiendas que no va a poder superarte nunca si encima de que tienen que convivir hasta que termine el mundial vos se la hacés más difícil. Dejá que te suelte así puede ser feliz con alguien más.

—¿Alguien como vos?

—No, Enzo. Con quien él quiera. O solo. Vos seguís pensando que Juli es un muñequito esperando para que alguien lo maneje. Es una persona, y demasiado buena para vos.

Cómo si no lo supiera. Pero odiaba que Alexis me lo estuviera recordando.

—¿Algo más tenés para decirme? —le pregunté antes de pararme porque ya había escuchado demasiado.

—Sí —dijo después de pensarlo.— Que sos un tremendo hijo de puta, y además mentiroso.

—¿Cómo? Repetime eso —respondí mientras me acercaba y él se levantaba de la cama.

—En Estados Unidos me dijiste que le gustaban las mujeres. Pero vos ya estabas con él para ese entonces. Sos un payaso.

—Sí, te mentí, ¿y? Mirá si te iba a decir: "sí sabés qué a Juli le gustan las mujeres. Y yo". Porque no te confundas, él gay no es.

—¿Tan importante te creés como para pensar que sos el único hombre que puede gustarle? Qué creído, me das asco.

Solté una risa y lo agarré de la remera que tenía puesta para acercarlo a mí.

—¿Te pensás que Julián te va a dar bola a vos? Qué confundido estás coloradito. Ni lo sueñes, porque no va a pasar.

—¿Quién lo va evitar, vos? —dijo mientras me empujaba para soltarse.