Lo vi a Juli durmiendo y no pude evitar sonreír. Cuando sintió mis ojos en él también me miró, como si se hubiera dado cuenta de mi presencia.
—¿Qué? —me preguntó.
—Nada, es que te amo demasiado —le dije sentándome al lado suyo en la cama y poniendo la bandeja en mis piernas.
Sonrió y se apoyó en un codo mientras se pasaba la mano por la cara.
—Demasiado significa que es más de lo que quisieras.
—No, significa que ya no me entra más en un solo corazón así que me van a tener que trasplantar otro. Necesito tu ayuda para buscar un donante.
—No hay forma de que hables tantas boludeces apenas me despierto —dijo riéndose.
—Sí hay, ¿querés que siga?
—No, mejor dame eso que tenés ahí.
—No puedo —le respondí.— Necesito que me des un beso primero.
Se mordió el labio mientras sonreía y me acercó la cara. Lo agarré de la nuca con una mano y le comí la boca.
—Bueno, bueno —dijo separándose cuando se dio cuenta de que yo no iba a parar.
—Uno más.
—No, porque después terminamos haciendo cualquier cosa y se me enfría el desayuno.
—¿Y cuál sería el problema de eso? Se puede volver a calentar —dije mientras dejaba la bandeja arriba de la mesita de luz para tirarme arriba suyo.
Juli solo se rió mientras yo lo manoseaba un poco.
—Basta, Enzo.
Me reí también y lo solté mostrándole mis manos, como si me hubiera acorralado la policía. Igualmente el encerrado era él porque estaba entre mis piernas.
—Gracias.
—No me agradezcas mucho, porque cuando terminemos de desayunar no te salvás.
No me respondió sino que estiró los brazos por atrás de su cabeza para sacarse la fiaca.
—¿Vos me estás provocando? —le dije mientras lo miraba con hambre.
—Estoy solo existiendo —me respondió, riéndose de nuevo.
—Entonces vas a tener que parar un poco. Mirate, no podés ser tan lindo. Estoy a nada de volverme canibal y comerte. Si un día te despertás sin un brazo ya sabés.
—Dios, callate un ratito.
Levantó la cabeza para llegar a mí. Lo ayudé bajando la distancia que nos separaba así podía besarlo.
—Te amo, denso —me dijo después.
—Yo te amo más bebé —le respondí antes de darle un beso arriba del labio, justo donde tenía el lunar.
~~~
No sé por qué me desperté con ese recuerdo en la cabeza. Pero lo primero que hice fue estirar mi brazo para buscar a Juli, hasta que me di cuenta de que la otra mitad de la cama estaba fría y vacía. Recién cuando abrí los ojos caí en la realidad. La vida era una mierda desde la última vez que lo había visto.
Después de todas las mentiras que le había escupido me sentía la peor basura del mundo. Y realmente lo era. Pero entendía que era la única forma de que no se quedara atado a mí en Argentina. Era consciente de que él me amaba tanto y era tan bueno que me hubiera perdonado casi casi casi cualquier cosa. Así que no me quedó otra que hacerle entender, aunque haya sido de la peor manera, que lo más importante en su vida no era yo. Capaz en el corto plazo no se diera cuenta, pero ya iba a entrar en razón.
Rompiéndole el corazón a él también me lo había roto a mí mismo en mil pedazos. Pensaba una vez más en todo lo que le había dicho y no entendía cómo había podido ser tan forro con él, después de todo el amor que me había dado aun cuando yo no lo merecía, aun sin esperar nada a cambio.
Igualmente, me dolió bastante que me haya creído tan fácil. Porque creyéndome también me estaba dando a entender que consideraba que yo podía ser lo suficientemente hijo de puta como para haberle hecho todo eso a propósito, sin pensar ni un segundo en cómo podía sentirse, en que lo estaba lastimando sin importarme nada.
Quería llamarlo, decirle que era todo mentira. Que lo amaba como nunca había amado a nadie. Pero era mejor así, creía. Cuanto antes nos acostumbráramos a estar separados menos iba a ser el sufrimiento para ambos, o eso era de lo que quería convencerme.
Agarré mi celular para apagar el despertador que todavía seguía sonando. No había dormido casi nada y no creía poder volver a descansar bien sin el amor de mi vida al lado mío. Me encantaba cuando abría los ojos y lo veía a él, que solía despertarse antes que yo, mirándome mientras me acariciaba el pelo, el brazo, o cualquier parte. Era increíble la paz que me daba su sola presencia y la dulzura infinita con la que siempre me trataba. Realmente nunca merecí que alguien como él me amara.
Haberlo tenido en mi vida tan poco tiempo había sido como ver pasar una estrella fugaz por el cielo más oscuro. Había iluminado todo en un segundo, dándome esperanzas, permitiéndome pedir el deseo más hermoso. Y después se había ido tan rápido que parecía como si nunca hubiera estado ahí.
Para intentar distraerme un poco, entré a Twitter. Y solo se hablaba de una cosa. Julián Álvarez había firmado contrato con el Manchester City. Empezaba la próxima semana, según las noticias en donde salían sus fotos editadas con la camiseta celeste. Primero, me quedé mirando su carita feliz y le sonreí a la pantalla pensando que Juli iba a cumplir sus sueños, esos para los que tanto había luchado toda su vida. Después, empezaron a caérseme las lágrimas porque me dolía de formas inimaginables no estar ahí con él para acompañarlo.
Fue en ese momento cuando me di cuenta de que nunca había entendido lo que significaba amar así a alguien. Hasta ahora. Tal vez era porque, después de todo, tampoco nunca me había realmente enamorado antes. Nunca nadie me dio vuelta el mundo como lo había hecho Julián.
Y aunque me costara demasiado, tenía que aceptar que amarlo también implicaba abrirle la jaula y dejarlo ser libre para que pueda volar hasta lo más alto, aunque yo no fuera capaz de alcanzarlo y tuviera que quedarme mirándolo desde abajo mientras se alejaba de mí.
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Desde tu primera sonrisa - Julián y Enzo
FanficSEGUNDA PARTE YA DISPONIBLE! Julián creyó que iba a tener un entrenamiento más hasta que le presentaron al nuevo integrante del equipo: Enzo. A partir de ese día, los dos jugadores de River dibujaron el camino hacia una amistad que se iba a ver com...