Apenas paró en la banquina me saqué el cinturón y él hizo lo mismo, tirando su asiento lo más atrás que pudo.
—Vine con este porque sabía que podía transformarlo casi en una cama —dijo orgulloso.
—¿Así que ya tenías todo esto planeado?
Mientras le respondía me saqué la ropa que tenía en la parte de abajo y me acomodé como pude arriba suyo.
—Más o menos —contestó sonriendo antes de agarrarme del cuello para que bajara a su altura a besarlo.
Por suerte, los vidrios estaban bastante polarizados así que era muy complicado que alguien pudiera vernos. De todas maneras, no era que nos importara demasiado.
Enzo empezó a pasarme las manos por todos lados mientras yo intentaba bajarle el pantalón.
—¿Y si vamos a algún hotel? Es muy difícil acá —me quejé apenas separándome de sus labios.
—Te voy a coger acá primero y de nuevo en un hotel.
Volvió a besarme, esta vez con más violencia. Y, aunque no se lo admitiera a Enzo, era la forma en la que más me gustaba que me tratara.
Igualmente, cuando llegó el momento, tuvo especial delicadeza para entrar de a poco teniendo cuidado de no hacerme mal. Pero ni bien sintió que me acostumbré a él, me agarró fuerte para moverme. No me quejé, ni por eso ni por la incomodidad, solamente porque el placer era mayor.
—Te amo —me dijo después de morderme el labio.
No le contesté, sino que me enderecé un poco más y puse las manos en el techo del auto para seguir moviéndome arriba suyo. Mientras tanto miraba a Enzo, que tenía los ojos cerrados pero la boca entreabierta para dejar salir los gemidos, y pensaba que a pesar de que siempre estaba hermoso, así era la perfección hecha persona.
No sabría bien por qué, pero fue en ese momento cuando terminé de darme cuenta lo enamorado que estaba Enzo. Él haría cualquier cosa por mí. Estaba seguro de que me perdonaría hasta la peor de las cagadas. Y aunque nunca me la había creído en nada, esta vez me permití sentirme importante.
Cuando me apretó por demás las piernas porque ya estaba terminando, volví a agacharme para besarlo.
—Sos lo más hermoso que existe —me dijo después.
—Te amo —le respondí con una sonrisa.
Sonrió también y me empezó a acariciar la espalda.
—Bueno, me duelen las rodillas —me quejé.
—¿No eras deportista vos?
—Sí, pero mirá cómo estoy.
—Arriba mío, como debe ser. O capaz estarías mejor abajo... esta noche vemos.
Me reí y volví a mi asiento para ponerme de nuevo la ropa que había dejado.
—¿No querés quedarte así desnudo?
—Imaginate que después nos pare la policía y yo estoy acá en bolas —le dije riéndome.
Enzo se rió también y se puso su cinto antes de volver a arrancar.
—Bueno, no me distraigas más que mañana tengo que tomarme un vuelo y si seguimos así no llego.
—Capaz que no quiero que llegues.
Sonrió hasta que entendió a lo que me refería y ahí prefirió quedarse callado. Sabíamos que después de esto no íbamos a volver a vernos por un tiempo, y esta vez no había forma de evitarlo porque teníamos que volver a trabajar.
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Desde tu primera sonrisa - Julián y Enzo
FanficSEGUNDA PARTE YA DISPONIBLE! Julián creyó que iba a tener un entrenamiento más hasta que le presentaron al nuevo integrante del equipo: Enzo. A partir de ese día, los dos jugadores de River dibujaron el camino hacia una amistad que se iba a ver com...