Enzo • Viernes 1 de Febrero de 2020

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Después de que subí con Juli a su departamento la noche se dio de la forma que se tenía que dar. Música, alcohol y gente. Básicamente: fiesta.

En un momento fui a la cocina a buscar más cerveza y me crucé a un grupito de tres chicas hablando entre ellas, que cuando me vieron me miraron y sonrieron.

—¿Vos sos Enzo? —me preguntó la rubia que estaba sentada arriba de la mesada. No pude evitar mirarle las piernas, tenía una pollera demasiado corta.

—El mismísimo —dije sonriendo. Se rieron las tres, sabía que de forma fingida pero no me importó mucho.— ¿Y vos serías...?

—Me llamo Carla, mucho gusto —estiró la mano para saludarme y yo la agarré y la besé.

Carla miró a sus amigas y ellas entendieron rápido lo que les estaba queriendo decir. Me saludaron tocándome un brazo cada una y se fueron sin decir más.

—Así que, Carla, ¿sos amiga de Julián?

—Se podría decir —me dijo sin mucho interés.— Bueno, en realidad no. Vinimos porque una amiga es novia de uno de tus compañeros. Debe estar por allá con él —señaló con la cabeza en la dirección donde estaba el resto de la fiesta.

—Mirá vos, ¿y cuántos años tenés? —parecía chica y no quería meterme en problemas innecesarios.

—Tengo veinte, no te preocupes por eso. Soy más grande que vos.

Estiró su mano para agarrar la mía y acercarme a ella. Obviamente lo hice y esperé a que abriera un poco sus piernas para acomodarme en el medio. Sin más, la agarré de la cintura y junté nuestros labios para besarla. Para qué dar vueltas, si los dos estábamos ahí para lo mismo.

Ella me respondió el beso como me esperaba así que la agarré un poco más fuerte y la atraje hacía mí. La verdad no tenía ningún interés en avanzar más que eso, me gustaba besar y ser besado.

Carla puso una mano en mi nuca y con la otra se agarró de mi cinturón. La dejé, aunque sabía que no iba a durar mucho porque en algún momento alguien iba a interrumpirnos.

Pero no pasó, y cuando me separé para respirar un poco, ella enseguida quiso seguir. Se lo acepté. Cuando decidió bajar un poco más de la hebilla a tocar lo que había venido a buscar, la sentí sonreír.

—Uff —dijo apenas separando los labios y volviéndome a besar al instante.

En ese momento yo ya me había olvidado de varias cosas de las que había dicho antes. Estaba a punto de levantarle la pollera cuando siento que alguien entra a la cocina.

Abrí los ojos y ahí estaba Julián, mirándonos sorprendido. Dejé de besarla y giré la cabeza para mirarlo a él. Se ve que no le agradó que Carla siguiera besándome el cuello en ese momento porque antes de que pudiera decir algo, se dio media vuelta y se fue, casi corriendo.

—Pará... pará un poquito —atiné a decirle a la chica mientras le acomodaba la pollera en su posición original y me separaba de ella.

—¿Qué pasa? —me dijo, estirando los brazos para intentar agarrarme del cuello.

—Ya vengo —le respondí, y salí de la cocina antes de que pudiera decirme nada más.

Busqué a Julián en la oscuridad hasta que pude verlo en el balcón, apoyado en la baranda con un vaso en la mano. Solo.

Me acerqué a él sin saber muy bien qué decir, no me sentía culpable por lo que había hecho y no sentía que tenía que estar dando ninguna explicación.

—Juli, ¿vos la conocías a esa chica de la cocina?

—No, ¿por qué? —me respondió cortante y sin mirar más que su vaso.

—Porque pensé que era tu ex o algo, yo con eso no jodo —sonreí y le pegué con el codo en su brazo a modo de chiste. Él no movió un pelo.

—No, para nada.

—¿Entonces qué te pasa? ¿Te molesta que la gente se bese en tu mesada? —me reí pero él seguía serio y lo sentí más frío que el mármol donde estaba sentada Carla.

—Obviamente podés hacer lo que quieras, Enzo. Ni siquiera sé por qué viniste a preguntarme estas cosas. Andá a hacer lo que estabas haciendo.

Abrí la boca, un poco para contestarle y un poco por la sorpresa de su respuesta. Parecía enojado. De todas maneras, antes de que pudiera responderle entró al departamento y se perdió entre la gente.

Esa noche no volvió a hablarme y cuando me fui pasadas las cinco de la mañana, me di cuenta de que estuve el resto de la fiesta evitando a Carla y buscándolo a Julián. En la primera misión tuve éxito, en la segunda no.

Desde tu primera sonrisa - Julián y EnzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora