Julián • Lunes 2 de Mayo de 2022

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Necesitaba contarle a Enzo ya lo que acababa de pasar. Él tenía que saberlo antes que nadie.

Salí del club y fui directo a su departamento. Suponía que estaba ahí porque había jugado el domingo, y al día siguiente siempre le daban descanso.

Toqué la puerta antes de entrar, simplemente porque siempre lo hacía, como forma de anunciarme. Aunque no había nada que pudiera estar haciendo Enzo que yo no haya visto antes. Igual, me sorprendí un poco cuando no lo encontré por ningún lado, así que le escribí preguntándole dónde estaba.

—Ya voy bebé, estoy comprando unas cosas en el chino de la vuelta —me respondió en un audio.

Podía esperar veinte minutos para contarle, pero no mucho más. Me senté en el sillón y me puse a hacer zapping sin prestarle atención a absolutamente nada. Hacía tiempo que no tenía tanta ansiedad.

Cuando Enzo llegó y abrió la puerta con un codo de lo cargado que estaba, me apuré para ir a ayudarlo.

—Hola —me dijo sonriendo antes de darme un beso.

—Hola amor —le respondí mientras íbamos a la cocina a dejar todo.— ¿Qué hiciste hoy?

—Ya sabés, si me escribís todo el tiempo preguntándome —se rió, pero yo estaba muy ansioso para eso.

Me puse a sacar cosas de las bolsas de compras para acomodarlas donde iban solo a ver si con eso podía distraerme. Pero no había forma de esconderle nada a Enzo.

—¿Qué te pasa? Estás como nervioso.

—Tengo que decirte algo.

—Entonces decímelo de una vez que ya me estás asustando —mientras hablaba dejó de hacer lo que estaba haciendo para mirarme.

—Me ofrecieron el pase a otro club —dije sin más vueltas.

—Y eso es bueno, ¿no?

—Sí, no sé.

—¿Cómo no sabés? —preguntó levantando las cejas.

—Es para el Manchester City.

—¿Me estás jodiendo Juli? Es uno de los mejores equipos que existen —se acercó a abrazarme con una sonrisa.— Felicitaciones bebé.

Se notaba que estaba siendo sincero. Enzo, a pesar de ser la persona más competitiva que conocía, siempre había querido que me fuera bien en mi carrera. Me ayudaba y apoyaba en todo lo que podía aunque no jugáramos en el mismo equipo.

Lo abracé también y me concentré en respirar su olor, ese del que estaba enamorado. No sabía si se ponía perfume todo el tiempo o era así de rica su piel natural. Quise quedarme así por un rato, pero Enzo me agarró de los hombros para mirarme.

—¿Y por qué no sabés si es bueno? Es la mejor noticia del mundo boludo.

—Pero vos estás acá.

—¿Qué?

—¿Qué vamos a hacer si me voy?

—¿Cómo qué vamos a hacer? —su cara me decía que no estaba entendiendo mi punto.

—Con nosotros, con nuestra relación. Con la distancia.

—Nos la vamos a arreglar, no te preocupes por eso.

Enzo no parecía ver la importancia de estar separados por un océano.

—No sé, tengo que pensarlo.

—Tenés que firmar ese contrato, es tu futuro.

—Estoy bien en River.

—Pero no es lo mismo que ir a jugar a Europa y lo sabés muy bien.

Desde tu primera sonrisa - Julián y EnzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora