Narra Julia
Unas leves caricias en mi mejilla me hicieron despertar. Me encontraba en cama, con daddy sentado al borde de esta, y papi sentado recargando su espalda en la cabecera. Ambos me sonrieron, y yo tallé mis ojos para terminar de despertarme.
–¿Cuánto dormí?– les pregunté.
–No fue más de una hora, nena– me respondió papi acariciando mi cabeza.
Me removí un poco, hasta colocarme en la misma posición que papi, sentándome sobre las almohadas y permitiéndole a daddy sentarse de piernas cruzadas frente a mí, aún sobre la cama.
Con el movimiento de daddy no pude evitar ver el plato con hotcakes (notoriamente más gruesos de lo normal) que tenía en su mano derecha. Me puse nerviosa, yo ya no me sentía mal (supongo por el suero), ya no había necesidad de que comiera. Ambos notaron mis nervios, y papi acarició mi espalda de arriba a abajo, lo miré en súplica, recibiendo nada más que una sonrisa tranquila de su parte. Miré a daddy, quien ahora sostenía el plato con ambas manos.
–Son tres, bebita... cada quien comerá uno, ¿okay?– me informó y comencé a lagrimear.
Apreciaba el que comieran conmigo, pues sé que me causaría estrés el ver que ellos no están comiendo mientras que yo sí. Pero, ¿hotcakes? Y ni siquiera los normales, eran esos que vio daddy en TikTok esta mañana ¿Cuántas calorías hay en un tercio de ese plato? Amo los hotcakes, supongo que por eso (Daddy, me imagino) los hizo, pero dios mío. Al menos no tenían nada encima, ni mantequilla, ni miel, ni mermelada... supongo que en eso se apiadaron de mí.
–Tómate tu tiempo, bebé, ¿está bien?– me dijo papi, para luego dejar un beso en mi cabeza.
–¿Puedo usar... el teléfono de alguno de los dos solo un segundo?– les pedí, casi en súplica.
–Nena... no dejaremos que busques las calorías– soltó daddy con gentileza, mientras limpiaba una lágrima en mi mejilla.
Miré a Koda, quien se encontraba en mis brazos.
No quiero subir de peso. He llegado tan lejos.
–Mientras comemos, te contaremos la propuesta que tenemos para ti, princesa, ¿qué te parece?– me comentó papi, e instantáneamente alcé la mirada en su dirección. Había olvidado por completo eso.
Miré el plato de los dichosos hotcakes japoneses, y daddy al notar esto, lo colocó frente a mí para luego sacar a la luz tres platos que se encontraban detrás suyo. Colocó uno a su lado, le entregó uno a papi y me extendió uno a mí, que, siendo sincera, tardé en tomar, pero finalmente lo hice.
Puse mi plato entre la comida y yo, y disimuladamente busqué con la mirada cuál hotcake se veía más pequeño desde mi lugar.
–Escoge el tuyo, nena– me indicó papi, colocando un mechón de mi cabello detrás de mi oreja.
Tomé finalmente el de arriba, pues era el más accesible, y me di cuenta de que los tres eran del mismo tamaño.
–Daddy– lo llamé apenas todos nos habíamos servido ya.
–¿Qué pasa, corazón?– me preguntó con gentileza.
–¿Cómo hiciste que...– me tomé un segundo para despegar la mirada de mi plato y verlo ahora a él –... se vean así?
Me sonrió y finalmente respondió.
–No te preocupes, nena... solo tuve que batir la clara de huevo– me informó aún sonriente mientras mordía un trozo del suyo, calmándome en el proceso.
Okay, ahora sé que tienen clara de huevo, esa casi no tiene calorías, ¿no?
Partí un trocito de mi comida, y la examiné en mis manos.
–Olvidé los cubiertos– soltó papi dispuesto a salir de la cama.
–No te preocupes, amor, yo voy– le respondió daddy poniéndose de pie, pero yo no quería que ninguno se marchase.
–¿Podemos comer sin cubiertos?– pregunté al aire.
Ambos se miraron, y pronto daddy ya se encontraba de vuelta en su lugar.
–Claro, nena– soltó confundido –. Pero, ¿por qué?
–Solo no quiero que se vayan– le respondí, recibiendo un "aww" de parte de papi, y una caricia en la mejilla por parte de daddy.
–Okay, nena... ¿lista?– me preguntó papi tratando de mostrarse nervioso, haciéndome reír.
Le sonreí, y miré el trozo aún en mis manos, me tomé un par de segundos y lo metí a mi boca. En respuesta, recibí dos sonrisas de oreja a oreja por su parte, sonrisas que trataron de disimular, supongo para que no me detenga.
–Bueno, monita... papi y yo hablamos, y te queremos proponer esto...– comenzó a explicarme daddy, y en el proceso tomé pequeños trocitos de mi comida que fui comiendo de uno en uno –... serán dos cosas las que deberás hacer, una a partir de cuando te recoja tu tía, y otra siempre que te quedes con nosotros, ¿está bien?
Asentí dispuesta a escuchar. Haré cualquier cosa con tal de que no se entere mi tía.
–La primera será que... en un grupo de WhatsApp que acabo de hacer de nosotros tres– comenzó a hablar papi –... nos enviarás videos tuyos comiendo, o al menos una foto haciéndolo.
–Y esperamos ver al menos dos al día, nena– agregó daddy.
Okay, eso será difícil sin vomitar. Afortunadamente no han especificado qué comidas o la cantidad, y no pienso mencionárselos.
–Vamos a confiar en ti, y en que darás tu mayor esfuerzo... por no vomitar, bebé– soltó papi, y no dudé en asentir haciéndole saber que así será.
–Hablamos en serio, ¿okay, princesa?– me indicó daddy, y le asentí ahora a él.
–Lo sé, daddy– solté, recibiendo pronto una sonrisa de su parte.
–De igual forma, Joaquín dijo que tu lengüita se curará pronto con la medicina, así que de vez en cuando te pediremos una foto... y si vemos que no ha cambiado, sabremos que lo hiciste– agregó papi.
Los miré unos instantes y abracé a Koda. De verdad quiero dejar de vomitar.
–No pasará– les hice saber, y ambos me regalaron una sonrisa.
Miré mi plato, ya había comido alrededor de una cuarta parte de mi comida. Ambos notaron que me puse nerviosa, y daddy besó mi frente mientras papi acariciaba mi espalda.
–Y la segunda cosa que tendrás que hacer...– comenzó a hablar papi, haciendo una pausa para después continuar –... mira, tendrás dos opciones, ¿okay?– agregó y asentí haciéndole saber que lo seguía –Cuando te vayas, daddy y yo le pondremos un cerrojo con clave a los baños, clave que solo daddy y papi conocerán– me hizo saber, dándome una idea de a dónde se dirigía esto.
–Así que tendrás que escoger entre si te acompañamos al baño cada que tengas que ir...– soltó daddy –... o usar tus pañales, nena.
Seré sincera, esta parte del trato no me molestaba del todo. Obviamente escogeré usar los pañales, siento que sería incómodo sentarme en silencio mientras cago frente a papi o daddy. Pero ahora sí que será difícil vomitar si de verdad siento que necesito hacerlo.
–Prefiero usar los pañales– solté en un casi susurro, tratando de esconder mi rostro de su mirada.
Ambos se mostraron risueños. Papi me dio varios besitos en la cabeza y daddy tomó mi barbilla para direccionarla a su rostro y dejar un suave beso en mi frente.
–Perfecto– soltó.
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Julia
Teen FictionEsta historia toca temas sensibles. La escribí porque no encontré una sola historia que toque el tema de los TCAs junto con el TBDL/ABDL. La historia no rotará alrededor de los trastornos alimenticios, solo será una pequeña característica que le dar...