Capítulo 63

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Narra Julia

Daddy me quitó la camiseta y me puso un vestido floreado que traje en mi maleta, es ajustado de la zona del pecho hasta la cintura, pero no tiene escote y la falda es lo suficientemente holgada como para poder hacer un split (si tan solo pudiera). Solo hay un único problema, y sospecho que es la razón número uno por la que lo escogió; es corto, lo suficiente como para que me puedan ver el pañal si me agacho. Aún así lo permití y no mencioné nada sobre ese detalle, si eso hace feliz a mis daddies entonces lo usaré sin problema.

–¿Quieres ver una película, nena?– me preguntó papi colocándose a mi altura sonriente.

Asentí emocionada, pues sabía perfectamente qué película quería ver.


Narra Mateo

La nena no perdió ni un segundo al dirigirse a su camita y subirse a ella. Gateó sobre las sábanas mientras mi marido y yo tratábamos de contener nuestras sonrisas al verla, bendito vestido, se veía adorable. Primero supuse que se estaba poniendo cómoda para ver la película en su habitación, pero apenas la tuvo a su alcance; tomó su muñeca y bajó de la cama.

Ahora de pie frente a nosotros, la tomé en brazos y Sebas dejó un beso en su cabeza. La pequeña sonreía aún detrás de su chupete, mientras abrazaba a su muñequita.

–Creo que veremos Enredados– soltó Sebastián risueño, haciendo que la nena asienta.

Llamamos a Max para que nos siga escaleras abajo, se había quedado dormido por el aburrimiento, pero estaba seguro de que en unos minutos la nena le daría toda su atención.

–Amor– me llamó mi esposo.

–¿Sí, cariño?– le respondí bajando el último escalón, para finalmente llegar a la planta baja.

–Pregunta Diego si puede venir hoy a ver a la nena– soltó.

Miré a Julia, quien me miró con confusión.

–¿Quieres que venga hoy nuestro amigo, princesita?– le pregunté, haciéndola reflexionar unos instantes, hasta que finalmente asintió, volviendo a comenzar a succionar su chupete, enterneciéndome –Aww– susurré, y se recostó sobre mi pecho.

–Me toca cargarla– exigió mi marido extendiendo los brazos en su dirección.

–Agh– bufé, haciéndola reír para luego entregársela sonriente a Sebas.

–Le diré a Diego que venga– avisé, y al instante saqué mi teléfono.

Yo: Diego

Yo: Ven cuando puedas, Julia dijo que sí

Cuchurrumí😍: Okay, llego como en hora y media

Okay, contexto. No, no tengo un amorío con Diego. Pero una vez, durante un momento de little space que tuvo Sofía, lo llamó así como referencia a Monsters Inc, pues ella adora esa película. Obviamente no dejaríamos pasar la oportunidad de burlarnos de él los próximos meses.

Una vez guardé mi teléfono de vuelta en mi bolsillo, les hice saber mientras nos dirigíamos a la sala de estar que Diego llegaría en hora y media.

–Perfecto– soltó Sebastián dejando a la niña en el suelo.

Apenas tocó el suelo, confirmó mi hipótesis dirigiéndose a Max para rascarlo, quien no mostró un solo gesto de inconformidad en el proceso. Ahora sonriente, tomé el control de la televisión y entré a Disney+ para buscar la película de mi niña. Al encontrarla, la reproduje desde el inicio, pues la vez pasada nos quedamos en los créditos del final así que no la "terminamos por completo". Mientras, Sebastián se dispuso a convertir el sofá en cama.

–¡Ya comenzó, bebita!– exclamé buscando que vuelva a mis brazos para mimarla.

–Voy, papi– me respondió ella, y unas pisaditas desnudas en el suelo comenzaron a acercarse.

Al llegar al sofá-cama, besó la mejilla de mi esposo y luego la mía, haciéndome sonreír, para finalmente sentarse entre ambos, dirigiendo su atención total a la pantalla frente a ella. Reproduje la película, y ella abrazó a su muñeca con emoción.

La nena estuvo cantando cada canción e imitando diálogos, provocando que nuestra atención deje de dirigirse a la película, para ahora dirigirse a ella. Es tan linda, y ni siquiera se esfuerza. Estuvo pendiente a la trama que ya conocía al derecho y al revés durante una hora y media, hasta que finalmente; justo antes de que reviviera Eugene, tocaron el timbre.

–No– soltó ella, sin despegar la mirada de la pantalla.

–Tranquila, nena– solté riendo mientras me ponía de pie –. Puedes terminar de verla, ya casi acaba– agregué dirigiéndome a la entrada.

–¡Sí!– exclamó en respuesta, pero no sé si fue por lo que dije o porque el interés romántico de Rapunzel revivió.

Tomé la perilla y abrí la puerta, descubriendo a Diego en la entrada. Lo saludé y pronto llegó Sebas a hacerlo también.

–¿Estaban viendo una película?– nos preguntó acercándose a la sala de estar.


Narra Julia

–¿Estaban viendo una película?– soltó una voz desconocida, y pronto mi atención de dirigió a ella. Afortunadamente daddy pausó la película.

Al ver el provenir de aquella voz, me encontré con el tal Diego, el amigo de mis daddies que me mostraron en aquella foto. Me senté de piernas cruzadas en dirección al respaldo del sofá, para que ya no se encuentre detrás de mí. Coloqué mis manos al borde del mueble, y escondí medio rostro detrás de aquel respaldo.

–Hola– me saludó con emoción, inclinándose para estar a mi altura, pero tardé en responder.

–Hola– solté insegura desde mi escondite.

Papi y daddy sonrieron.

–Diego, ella es Julia– habló daddy, me miró y luego continuó –. Nena, él es nuestro amigo Diego.

–Mucho gusto, pequeñita– dijo el tal Diego.

No quería quedarme atrás en cuanto a modales, así que finalmente me armé de valor, dejé mi muñeca y bajé del sofá para acercarme a él.

–Mucho gusto– solté extendiéndole mi mano, y no dudó en estrecharla, haciendo sonreír más a mis daddies.

–Bueno, los dejaremos para que hablen– soltó papi para que luego ambos se acercaran a mí. Daddy dejó un beso en mi cabeza y papi me susurró un "pórtate bien, ¿okay?", al que no dudé en asentir, para que finalmente besara mi frente y se marchasen escaleras arriba.

JuliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora