Narra Julia
–Entren, estoy bien– solté falsamente risueña, tratando de sonar convincente.
–Entra con nosotros– dijo Dani cruzando los brazos.
–Es que... no... quisiera entrar– me justifiqué, y al segundo me di cuenta de lo sospechoso que sonó eso, así que continué hablando –, hay mucha gente... mucho ruido... me duele un poco la cabeza– finalicé con una sonrisa.
–Entonces vayamos al patio– sentenció Miri justo antes de comenzar a caminar en dirección contraria a la entrada al comedor.
Dani tomó mi mano y me guió en su dirección, causándome una sensación de preocupación que ruego no se haya notado.
Camino al patio pasamos por la cafetería, que era básicamente un comedor pero donde te vendían la comida en lugar de servírtela en una bandeja. Mis amigos compraron un sándwich cada uno y Dani me preguntó si quería algo del menú, a lo que yo me negué agradeciéndole.
Una vez se los entregaron, fuimos al patio y nos sentamos en una colina, alejados de los niños de primaria que estaban teniendo su clase de educación física.
Hubo primero algo de silencio, Miranda dio su primera mordida y yo me dirigí a mi amigo para hablar.
–¿Cuáles eran tus preguntas?– solté confundiéndolo –En el salón dijiste que me querías hacer unas preguntas– agregué, deseosa de que olvidasen el tema.
–Peque– soltó en un suspiro.
–¿Cuáles eran?– repetí, ahora reteniendo mis lágrimas.
–Juli– me llamó Miri con preocupación.
–¿Cuáles eran las putas preguntas?– volví a preguntar, concentrada en arrancar el pasto frente a mí para que no notasen las lágrimas que estaba comenzando a soltar.
Nuevamente silencio.
Moqueé ligeramente, y limpié mis mejillas con la manga de mi camiseta. Daniel se puso de pie para acercarse más a mí y volver a sentarse, Miranda solo tuvo que empujarse desde su lugar unos pocos centímetros.
–Si les cuento...– comencé a hablar, ahora reteniendo los sollozos –¿me... me prometen... no volver a mencionarlo?– solté, finalmente dirigiéndoles la mirada.
Me veían con preocupación y confusión, pero no tararon en asentir.
–¿María te hizo algo, Juli?– me preguntó Miri, pero yo no tardé en negar.
Sé que en parte se originó por ella, o más bien no se originó por ella pero fue ella quien lo detonó, pero ahora solo quería ir al grano. Contarles esto y volver a hablar como si nada hubiese pasado.
–¿Qué tienes?– me preguntó Daniel con gentileza.
Nuevamente limpié mis lágrimas, me mantuve en silencio unos segundos, tratando de buscar las palabras indicadas, y finalmente hablé.
–¿Saben...– tragué saliva, limpiando nuevamente mis mejillas –saben... q-que es...– sentí que me tiraba al vacío al terminar la pregunta –un... un tca?– finalicé, rogando que conociesen el significado para no tener que utilizar la palabra "anorexia" en voz alta.
Ambos se mostraron confundidos, intercambiaron miradas y luego me dirigieron la mirada para negar con la cabeza. Suspiré con estrés.
–¿De qué son las siglas?– me preguntó Dani.
–¿Quieres que lo busque?– me preguntó Miranda.
Me tomé un momento de silencio para finalmente soltar un "por favor" entre sollozos. Ella encendió su teléfono y se metió al buscador.
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Julia
Teen FictionEsta historia toca temas sensibles. La escribí porque no encontré una sola historia que toque el tema de los TCAs junto con el TBDL/ABDL. La historia no rotará alrededor de los trastornos alimenticios, solo será una pequeña característica que le dar...