ALESS
Después de aquella charla, apenas veo a Gianna, me evita durante todo el día. Se levanta antes que yo, entrena en mi gimnasio y cuando entro, se retira a desayunar y se esconde en su cuarto. Para la comida, siempre intenta tener a Sofía o a Benelli con la excusa de que están organizando cosas de la boda. Para la cena hay noches que se presenta y noches que come en su habitación. Mañana es la boda y hoy la obligaré a hablar conmigo. Entiendo que mantengamos las distancias, pero esto ya es pasarse.
Es la hora de cenar, así que voy a su cuarto a buscarla. Pico dos veces la puerta, pero no me responde. Espero un minuto y lo vuelvo a intentar. A la mierda, voy a entrar.
Cuando abro la puerta, me quedo petrificado. Está en una esterilla, abierta de piernas totalmente, realizando un split. Está de espaldas a mí y lleva unos cascos Beats, con la música a tope. Sus piernas están tan abiertas que sus glúteos están salidos y puestos contra el suelo, tiene un culo de infarto. Su espalda está recta, su pelo recogido en una trenza mal hecha. Está inclinada hacia delante estirando los brazos. Esto es lo más sexy que he visto en mucho tiempo. Me quedo viéndola como un depravador y cuando gira su cabeza, abre la boca en una "o" pero no grita. Respira profundamente y se quita los cascos, y para la música.
— ¿Qué haces aquí?— Y me lo dice sin moverse ni un centímetro en la parte inferior de su cuerpo.
— He venido para que cenemos juntos.— Y si me dejase estaría cenándola a ella, sin duda.
— Ya he avisado que hoy no cenaba.— Y una mierda, hoy no se escapa de mí.
— Gianna, ¿a qué se debe tu dieta?— Ataco con eso, sé que no es ninguna dieta, simplemente me está volviendo a evitar.
Empiezo a acercarme y me agacho detrás de ella. Le aparto la trenza y le susurro al oído.
— Ven a cenar conmigo, mañana serás mi esposa y no quiero empezar una pelea antes de que me des el "sí".— Miro sus brazos empiezan a erizarse y solo quiero follarla, en esta misma posición.
— Está bien, me ducho y bajo.— Siento un orgullo revolotear en mi estómago cuando consigo mi objetivo.
Antes de cerrar la puerta escucho su voz.
— ¿Puedo vestirme informal? No me apetece ponerme vestido y tacones.— Miro sus ojos apagados y quiero incendiar esta casa.
— Sabes... si bajas en un tanga, yo estaré bien con ello.— Con eso cierro la puerta y más me gustaría que baje en tanga, Santa mierda, con ese culo no me quedo con hambre.15 minutos más tarde, Gianna baja las escaleras con una falda blanca que apenas le tapa sus muslos, con unas sandalias planas y un top a juego que realza sus tetas. Lleva el pelo suelto y un poco húmedo, parece más cómoda.
Le sirvo una copa de vino y toma asiento enfrente de mí.
— ¿Estás nerviosa por mañana?
— Bueno, no hay muchas cosas que me inquieten o me pongan nerviosa, ya lo he aceptado hace tiempo.— Me molesta tanto que este matrimonio sea como algún tipo de carga para ella.
— Gracias por preguntar, yo tampoco estoy nervioso, suelo casarme unas cuantas veces al año.— Veo un atisbo de sonrisa en su cara y no sé por qué mierda, eso me gusta mucho. — Entonces... ¿Ya has encontrado un vestido?— Qué mierda de preguntas estoy haciendo, lo sé, pero necesito que empiece a estar cómoda, el matrimonio en la familia es para siempre, no hay divorcio, no hay salida más que la muerte. Quiero que al menos seamos unos buenos compañeros de vida.
— Ya lo ha comprado mi madre y mi hermana, no lo he visto, solo les di mis medidas y ya.— ¿Qué novia no escoge su vestido y no lo ve hasta el día de su boda? Ah, sí, una que no se quiere casar conmigo.— ¿Alguna vez pensaste casarte por amor?— Esta vez, su mirada se posa en mí y su tenedor queda suspendido en el aire.
— ¿A qué viene este interrogatorio?— Es verdad, ¿a qué viene, eh Alessandro?
— Solo quiero conocerte un poco, responde la pregunta.
— Nunca me plantee casarme por amor, porque me arrebataron esa decisión desde que nací, así que no era una opción para mí.— Mierda, yo... No sé si quiero consolarla o irme a la mierda porque la estoy obligando a casarse, pero que me jodan si dejo que se case con otro hombre, Gianna debe estar conmigo, con alguien al nivel de su poder.
Mi madre no se casó por amor, pero sí lo encontró en su matrimonio. No tengo hermanas a las que les haya preguntado sobre esto, solo al inútil de Luca, pero qué va a saber esa mierda. A mí también me han criado por y para esto. Como soy un bocaza y no puedo evitarlo, vuelvo a hablar.
— Siendo quien eres, sabes que podrías haberte escapado y salir de la familia. Tienes dinero y poder, eso es todo lo que necesitas.— Estoy tentando este terreno, quiero saber si mañana me va a dejar tirado, porque si es así, la esposaré a mí hasta que el cura me diga que la bese.
— Nunca me lo plantee, hasta el día que pediste mi mano...— Eso me molesta, es decir, con Matteo no se plantea una mierda, pero conmigo sí. Estupendo.— Ese día, estuve a segundos de irme, pero después pensé en lo que les hubiera tocado a mi familia aguantar; humillaciones, vergüenza, seguramente se inventarían que estaba embarazada, que tenía un amante fuera de la mafia, y seguramente mi padre hubiera perdido el poder de Capo y eso dejaría a mi hermano sin su futuro soñado.— Su lealtad es impecable, antepone su deber ante sí misma, sabiendo que tiene todas las herramientas perfectas, para hacer un plan y largarse para siempre.
Esta vez me quedo en silencio y volvemos a comer. Cuando terminamos, se levanta y procede a irse.
— Te daría una salida, pero sé que acabarías casándote con otro hombre de la familia, pensé que quizá podríamos ser compatibles en esto.— No se gira para responderme.
— Tú u otro hombre, para mí es lo mismo. No voy a agradecerte por escogerme, porque yo no tuve esa oportunidad. Quédate con que has conseguido tu objetivo y eso es todo lo que vas a tener.
Con eso, sube a su habitación. Me levanto y tiro la mesa contra la pared, estoy furioso, ¿cómo coño se atreve a comprarme con cualquier hombre? Conmigo tendrá poder, conmigo tendrá todo lo que una vez deseó y quizá tenga más libertad y respeto que siendo hija de un Capo. El mundo estará a sus pies por llevar mi puto apellido.
Si quiere ese tipo de matrimonios que no se dirigen la palabra, que así sea, pero va a tener que consumar la noche de bodas conmigo y darme hijos.
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Srta.Mc Millan
RomanceTodos los derechos reservados en el Registro de la Propiedad Intelectual. Libro I de la serie THE7. Gia, siendo la hija del capo de Miami de La Cosa Nostra, regresa después de pasar una vida llena de peligro y entrenamiento en Rusia, obligada a hon...