Capítulo 48

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GIA 

Luca está delante de todos los capos, subjefes y tradicionalistas; le están entregando el anillo de Aless, se lo pone con cara de póker y todos pasan a besarle el anillo, firmarle y jurarle lealtad.

Mi corazón se rompe al recordar que allí mismo estuvo Aless, cuando se le entregó su poder, lo hizo con su padre. Luca está sin su padre y sin su hermano... Todo el mundo habla de este cambio repentino del Don, Aless ha estado en el trono 5 años, es el Don más joven en abandonarlo y el más poderoso que ha tenido La Cosa Nostra.

Recuerdo cuando fui a felicitarle y apenas nos conocíamos, nos peleábamos cada vez que estábamos a solas, era una manera de unirnos sin saberlo. Él siempre fue la bala y yo la pistola, juntos lo éramos todo y separados no éramos nada.

Llevo las últimas horas repitiendo en mi mente todo lo que ha pasado, pero luego regreso a mi recuerdo seguro; la risa de Aless, cuando se ponía celoso por cualquier cosa, cuando iba a comprarme helado de camino a casa, recuerdo el día que nos tatuamos juntos, recuerdo lo primero que pensé cuando lo vi después de 4 años, recuerdo cada cosa alegre de Alessandro y se me rompe el corazón.

Miro mis manos por las que ya no corre su sangre, pero que siguen sintiendo el temblor de Aless muriendo, siguen sintiendo su cuerpo frío y su sangre resbaladiza.

48 H ANTES

Mis oídos han dejado de escuchar cualquier sonido exterior, mi respiración apenas es respiración y mis ojos lo ven todo nublado. Siento que en cualquier momento me voy a desmayar de la presión que siento en mi pecho, solo de pensar en mis tres hijos y que van a crecer huérfanos de parte de padre, me dan ganas de quemarlo todo. Empiezo a escuchar a Alec susurrarme.

— Tienes que respirar Gianna, tienes que ser fuerte.— Clavo mis uñas en su piel y lloro en silencio.

— ¡Hay pulso! Un pulso muy leve, pero está.— Grita Colt. Todos se acercan y yo apenas puedo arrastrarme a él, mis piernas dejaron de funcionar hace rato. Darío toca el pulso en el cuello de Aless.

— Hijo de puta, no quiere morir.— Dice Darío, casi enfadado. Coge su móvil y llama a alguien.

— Preparad el quirófano en la casa oeste, bolsas de sangre incluidas y una habitación de cuidados intensivos.— Cuelga y mira a Colt.

— Sabes que estaba muerto hace 5 minutos.— Ella asiente y se levantan.

— Vamos a mi casa más cercana, tengo un quirófano allí, necesito abrirlo ya. No tenemos tiempo para perder, si hay alguna posibilidad de que Alessandro viva, es que estemos allí en 10. Despejadme el camino, me da igual si destrozáis la ciudad de paso.— Mira a todos y Luca se acerca a él.

— Revívelo y te deberé el mayor favor de mi vida, te doy mi palabra.— Darío asiente y dirige su mirada a mí.

— Muera o viva Alessandro, tendrás un juicio al que enfrentarte con los tradicionalistas y sus capos, espero que estés preparada para lo que venga, Gianna. Fuiste tú la que trajiste a tu novio a una zona que te habían advertido.— Me da igual, solo quiero que respire.

Nos movemos a los coches y yo me voy al mío con Alec. Gatling y Benelli van en moto en la parte delantera para despejar mejor el camino, yo en la parte derecha y Luca en el lado izquierdo, mientras Colt conduce el coche donde va Darío con Aless detrás. Tenemos a los hombres de Aless y Darío detrás de nosotros.

Llegamos en 7 minutos, los he contado con todos los nervios que me concomían, solo quería llegar y que no me dijeran que ha vuelto a morir en el coche.

Bajo de mi Jeep corriendo, ya ni siquiera llevo tacones, corro descalza, pero Darío ya lo está entrando en casa, bajamos a un sótano e inmediatamente lo coloca en la camilla, hay 5 enfermeros preparando la ropa para Darío y Colt, solo les podría confiar esto a ellos dos.

Srta.Mc MillanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora