Capítulo 68

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ALESS

Mierda y mucha mierda. ¿Cómo no pensé en Sofía? Dios mío, esto es un desastre.

Gianna ha dejado de mirarme y también de llorar.

— ¿Papá sabe de esto?— Pregunta mi mujer.

— Eres una estúpida, claro que no, me hubiese desterrado.— Y realmente me la creo, el padre de Gianna es muchas cosas, pero odia esas tonterías.

— Me vais a matar, e igualmente nunca tendré lo que quise, al menos os podré arrebatar algo para que siempre seáis un matrimonio miserable.— Dice Sofía apretando más el filo del cuchillo contra el cuello de mi hijo.

— Adriano, ahora.— Gianna suelta las palabras y mi hijo agarra el pulgar de su tía y lo retuerce, mientras su boca da un gran mordisco.

La bala de Gianna va a matar, directa al corazón. Adriano grita y salta al suelo.

Sofía cae contra la pared, sigue viva, pero poco le falta.

Abrazo a Ares y Massimo, mientras Gianna ya tiene en sus brazos a Adriano, mi mujer no deja de besar a nuestro hijo y estrecharlo contra su cuerpo.

— Lo siento, lo siento tantísimo, lo siento mi amor.— Gianna llora con el cuerpo de Adriano pegado a ella. Adriano también llora como mis dos otros hijos. — Ya ha pasado mi vida, nunca más me alejaré de vosotros, nunca.— Gianna sigue balbuceando entre lágrimas.

— Gianna, déjame ver su cuello.— Le paso a Massimo y a Ares, a mi hermano Luca, y me acerco a mi mujer.

Ella se aparta de él e inspecciona la herida de nuestro hijo.

— No es muy profunda, pero habrá que curarlo.— Le quito a Adriano de las manos y lo llevo en mis brazos.

— Buen trabajo.— Le digo a mi hijo y él me sonríe.

— Soy como tú, papá.— Mi corazón se derrite ante sus palabras.

— Ojalá hubieras venido a mí, y me hubieras contado todo.— Le dice Gianna a Sofía.

Sofía sangra por la boca y Gianna le llora, mientras su hermana deja este mundo y se marcha al mas allá y espero que sufra en el infierno.

Ben y AK cogen a Gianna y la sacan del cuarto, entre tanto yo voy a llevar a Adriano para que Darío lo revise.

Abro la puerta en donde habíamos hecho el juicio y lo que veo hace que retroceda y cierra de nuevo.

— ¿Qué pasa?— Me pregunta Mauro detrás de mí.

— Necesitarás una empresa de limpieza y un par de psiquiatras para recuperarte de lo que hay allí dentro.— Le digo.

Aparece Luca con Massimo y Ares.

— Luca, llévate a Adriano a que lo revise mi médico, está en la planta uno, despacho 5. Dile que le ponga una vacuna contra el tétanos, y que Mauro Russo dice que si le pasa algo en el futuro a Adriano, lo mataré con mis propias manos.— Después de las palabras de mi mejor amigo, le doy un beso a mis hijos y los dejo ir con su tío.

Cuando los veo desaparecer por el pasillo, abro la puerta y el aura que corre no es más que sangriento y malicioso. Darío está tumbado en el suelo, en medio de un charco de sangre. Tiene los ojos cerrados, y está cantando.

Mauro cierra la puerta con pestillo y avanzamos.

La cabeza de Elton cuelga en un colgador de chaquetas, mientras que la de Matteo está en la mano izquierda de Darío y... ¿La está acariciando? Efectivamente, le está acariciando el pelo a la cabeza de Matteo.

Srta.Mc MillanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora